Viento en OPA
AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital
22-10-2017
Abertis va camino de convertirse en el culebrón del año, y es que a la oferta de compra que Atlantia lanzó en abril de este año, se le acaba de sumar ACS a través de su filial alemana Hochtief, de la cual controla el 72%. Si los italianos habían ofertado 16,5€ por acción, los españoles han subido la apuesta hasta los 18,76€/acc. –ambas ofertas incluyen el canje de acciones-. La oferta de ACS conlleva ciertos riesgos -aprobación de los accionistas de Abertis, autoridades y la reacción de Atlantia- pero parece una jugada muy interesante por parte de la española, que así lo ha visto el mercado reaccionado muy positivamente a la noticia.
Pero analicemos los motivos que hay detrás cada oferta. Para Atlantia, Abertis le proporciona una excelente complementariedad geográfica, fortalecería su cartera de activos y alargaría la vida media concesional; además, juntas, se convertirían en la mayor empresa gestora de autopistas del mundo. ¿Y para ACS? Ninguna de las dos tienen superposición geográfica y las sinergias de manejar una concesión vial con una empresa de ingeniería y construcción en principio parecen muy pequeñas y de ahí que, cuando ACS anunciara que estaba estudiando la posibilidad de una contraopa sobre Abertis, el mercado reaccionara negativamente y penalizara la cotización de la primera. Sin embargo, si el acuerdo se completara, crearía un grupo de infraestructuras Top-Tier, líder en proyectos PPP (Public-Private Partnership, o Sociedades Público-Privadas) orientado hacia mercados de alto crecimiento.
Abertis posee autopistas no sólo en España, sino también en Francia y Latinoamérica, donde destaca la amplia cartera de proyectos que mantiene en Brasil. Vía Hochtief, ACS puede diversificarse a través del sector concesional y complementar la presencia geográfica que mantiene en la actualidad –Asia y Estados Unidos- con la de Abertis. Además, el nuevo conglomerado estaría capacitado para adoptar una postura de inversiones un poco más agresiva con nuevas concesiones –al contrario que Abertis, que posee una cartera de activos maduros-. La jugada maestra de ACS ha sido utilizar a Hochtief como vehículo para hacerse con el control de Abertis anunciando además, que no va a acudir a la ampliación de capital, lo cual reduciría su participación en la alemana por debajo del 50% pudiendo así desconsolidar; con ello, apalancaría la deuda de Hochtief desde 0 veces actual hasta 5 veces deuda neta/EBITDA actual.
Sin embargo, está por ver si la estrategia de especialización llevada a cabo por ACS dará sus frutos. Si bien es cierto que este tipo de estrategias poseen grandes ventajas y evitan determinados riesgos, grandes grupos empresariales, como Ferrovial o Vinci, han logrado manejar muy bien la situación y han sido capaces de crear valor a través de la diversificación. Hochtief aumentaría su payout hasta el 90%, doblaría el beneficio por acción hasta los 12,8€ frente a los 6,7€ actuales y triplicaría el dividendo hasta los 11,6€, pero la creación de valor dependerá del éxito que tenga la reinversión de los flujos de caja, pues esta mayor entrada de flujos conllevará un elevado grado de apalancamiento.
Los analistas le han otorgado un 80% de probabilidad de éxito a la oferta de ACS. Si bien Atlantia cuenta con los recursos financieros necesarios para mejorar la oferta inicial de 16,5€/acc., el acuerdo para la italiana comenzaría a ser dilutivo a partir de los 19€/acc. y, habiendo ofrecido ACS 18,76€/acc., hay poco margen para una contraoferta. Independientemente de ello, el resultado es difícil de predecir pues Criteria Caixa, el principal accionista de Abertis, se muestra partidario de aceptar la oferta de los italianos si éstos llegaran a aproximarse a la oferta española pero, por otra parte, las autoridades españolas –Fomento y Energía- son más reticentes a que el control de la concesionaria cambie de territorio por tratarse activos estratégicos, así que todo indica que podemos volver a revivir la batalla de las eléctricas, en el que Gas Natural, E.On y Enel-Acciona se vieron implicadas por el control de Endesa.