Referéndum sobre el futuro italiano
AYTHAMI GONZÁLEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital
04-12-2016
Una vez más Europa se pone en tela de juicio ante un referéndum de un país miembro, tras la consulta de la separación de Escocia, las farragosas elecciones españolas y el Brexit, ahora es el turno de Italia. Matteo Renzi, actual presidente del país transalpino, avoca al país a un referéndum para votar un cambio en su Constitución en aras de agilizar así los trámites burocráticos y realizar reformas de gran calado a nivel económico. Dentro de sus principales propuestas está recortar los poderes del Senado y reducir los gobiernos regionales, agilizar la aprobación de leyes, recortar el número de senadores y elevar a tres quintas partes la mayoría para elegir presidente. Y una vez más, volvemos a vivir un “all in” por parte del presidente de un país, al dejar en manos del pueblo, en unas votaciones binomiales, el futuro de la nación. Un “no” a la propuesta, podría implicar la convocatoria de elecciones anticipadas, ya que tal y como adelantó Renzi, supondría su dimisión y con ello sería el presidente número 63 que Italia haya tenido en 70 años. Según recientes encuestas, la reforma se rechazaría con un 55% de los votos frente a un 45% a favor, sin embargo, el número de indecisos está entre un 15% y 25%. Hay mucha controversia alrededor de esta votación, ya no por las reformas constitucionales que se suscitan, sino por las implicaciones colaterales del “sí” ante una centralización del poder o del “no” ante una nueva situación de inestabilidad política.
Con dicho referéndum, Renzi tiene como fin último concentrar parte del poder en la cámara baja para así llevar a cabo grandes reformas económicas estructurales, entre ellas rescatar a la banca, hacer una reforma laboral dura y mejorar la competitividad, algo que en España bien conocemos. Las encuestas no acompañan y la prensa internacional se ha cebado con la polémica debido a las posibles consecuencias de unas nuevas elecciones, frenando así las reformas económicas propuestas, o dando pie a la entrada de partidos populistas al poder. La situación es algo delicada, el país está estancado, su crecimiento es mínimo, el paro juvenil está descontrolado y la deuda ha llegado al record del 133% del PIB. Sin embargo, el asunto que más preocupa a Bruselas y a los mercados financieros es la salud de la banca italiana, en la que hasta 8 bancos italianos tienen problemas de solvencia debido a la gran cantidad de activos tóxicos que aún persisten en sus balances.
Es muy difícil predecir los efectos de un resultado negativo en las votaciones, pero el mercado nos ha alertado estos dos meses de lo que podría ser un nuevo shock en los mercados de renta fija y variable europea. Estudiando el comportamiento del bono a 10 años italiano vemos que ha caído hasta un -8,5% en precio desde mediados de septiembre. Esto, unido al escenario de incertidumbre en otras economías como EE.UU. y UK, se ha llevado por delante también las bajas rentabilidades de los bonos de países periféricos como España o el Bund alemán, que ya supera el +0,30% de TIR. Por otro lado, bancos como el Monte de Paschi, el banco más longevo de Europa, se ha dejado en bolsa más de un 82% de su valor en el año y Unicredit un 60%. Sin duda, las consecuencias de una caída de la banca italiana podrían ser catastróficas debido al efecto dominó que existe y que hemos vivido en 2008. En caso de que salga el “sí”, aun siendo la situación realmente difícil, tanto el gobierno italiano como Bruselas tienen ya propuestas sobre la mesa como, por ejemplo, la titulización de créditos morosos, montantes que llegan en algunos casos hasta los 50.000 millones de euros.
El domingo, puede que Italia se juegue el futuro de la banca o quizás que el futuro de Europa. Con toda seguridad, con las elecciones de Francia y Alemania a la vuelta de la esquina, la volatilidad en los mercados no ha hecho más que empezar.