Las pensiones y los tipos de interés
AARÓN RODRÍGUEZ, ASESORAMIENTO PATRIMONIAL
20/10/2019
Las políticas de estímulo monetario del Banco Central Europeo (BCE) han ayudado a impulsar los tipos de interés a un territorio negativo y esto, tiene una serie de consecuencias negativas colaterales no tan evidentes, o al menos, eso parece por la inacción percibida.
El presidente del BCE, Mario Draghi quien, por cierto, finaliza su mandato este mes, advirtió que se mostraba muy preocupado por los efectos negativos de mantener unas tasas anormalmente bajas, pero que eran necesarias para impulsar el crecimiento económico. Dicho esto, la idea es que su sucesora, Christine Lagarde, exdirectora gerente del FMI, continúe con una política monetaria laxa hasta que haya signos evidentes de crecimiento sostenido e inflación. Teniendo en cuenta que todos los indicadores adelantados de producción industrial están contrayéndose y que los países de la Eurozona, incluido España, están revisando a la baja su crecimiento, y con Alemania próximo a presentar una recesión técnica… nos lleva a que las probabilidades de que el BCE revierta su política monetaria en el corto plazo sean muy bajas.
El daño colateral al que nos referimos es al sistema de pensiones. Cada país posee un sistema de pensiones propio y específico, adaptado a las peculiaridades de su territorio y su gente. Según el Índice Global de Pensiones Mercer, Holanda, Dinamarca, Finlandia y Australia cuentan con los mejores sistemas de pensiones del mundo. En Holanda, Dinamarca y Finlandia el sistema de pensiones cuenta con una base solidaria y fomenta la libre elección por parte de los ciudadanos, dándoles a elegir entre un sistema universal, de cuya gestión se encarga el Estado, o un sistema profesional de gestión privada.
Uno de los motivos por el cual el sistema holandés es tan fuerte es debido al riguroso control que hacen los actuarios, responsables de calcular la esperanza de vida de sus ciudadanos, relacionarla con la pensión prometida y actualizarla a tipos de interés actuales para estimar si los ingresos presentes podrían hacer frente a las salidas futuras. El sistema holandés se construye por niveles, siendo el primer nivel de reparto, el mismo que usamos en España y el resto de los países del sur, solo que Holanda va un poco más allá. En Holanda este nivel constituye el nivel de partido básico y universal que recibirán todos los jubilados y su cuantía es el equivalente al Salario Mínimo Interprofesional del país, esto es, unos 1.400 euros mensuales. La segunda parte del sistema lo constituyen los fondos complementarios del empleador, donde los más conservadores garantizan determinado capital en el momento de la jubilación. Por último, está la aportación individual del ciudadano que puede optar por complementar aún más la pensión y minimizar el riesgo de pérdida de calidad de vida cuando le llegue el momento de retirarse.
El tiempo que lleva la Eurozona soportando tipos de interés negativos de la deuda pública, ha hecho saltar las primeras alarmas, y es que no es posible sostener un crecimiento del importe de las pensiones si el nuevo dinero que se va a recibir va a invertirse en tipos negativos de rentabilidad. Por tanto, la realidad nos muestra que se avecinan recortes para los pensionistas más conservadores en el país con el mejor sistema de pensiones.
España se sitúa en la posición 23 del ranking mundial y es, junto con Italia y Austria, los que peor puntuación tienen en sostenibilidad del sistema, donde entran en juego factores como las contribuciones al sistema, la demografía, el nivel de deuda y el crecimiento económico. Nuestros jubilados deberían reflexionar seriamente sobre las exigencias que están haciendo al Gobierno; en este momento del ciclo, donde es probable que no disminuya el desempleo, y con el actual sistema de reparto, no parece una buena idea aumentar la carga fiscal y poner en riesgo el trabajo de sus hijos.