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¿Otra crisis financiera en ciernes?

MUNESH MELWANI   SOCIO-DIRECTOR GENERAL DE CROSS CAPITAL EAFI

 

24-06-2018

 

¿Otra crisis financiera en ciernes?

La verdad es que si uno se para a reflexionar cuántos años llevamos de recuperación económica mundial tras la Gran Crisis Financiera (GCF) de 2008, y últimamente es crecimiento robusto, pues son casi 8 años, si bien aún persisten algunas secuelas entre las clases más desfavorecidas. Actualmente, las economías desarrolladas, así como las de los países emergentes (salvando algún caso), crecen a un ritmo saludable y sus empresas generan resultados que han vuelto a niveles pre-crisis, creando empleo y maximizando la caja.

Lo que ha salido a la palestra recientemente es el nivel de endeudamiento de muchas economías, en términos de deuda sobre PIB, y es que vuelve a estar en máximos históricos en varios casos y ha dado pie a que algunos analistas y economistas vuelvan a hablar de una posible nueva crisis que está ahora mismo en ciernes. Asimismo, el entorno de tipos cero y la abultada liquidez inyectada en los mercados por los Bancos Centrales durante la última década, ha hecho que las empresas hayan aumentado su endeudamiento paulatinamente accediendo a los mercados de capitales, pero soportando bien la carga financiera; ahora les tocará lidiar con un entorno alcista de tipos a la hora de refinanciarse. Según S&P Global, el 37% de las compañías, han aumentado su endeudamiento, cinco puntos porcentuales más que en 2007. Lo mismo está ocurriendo con las operaciones de capital riesgo, que están hoy más apalancadas con niveles de deuda mucho mayores que hace diez años.

En líneas generales, entre los detonantes de las crisis financieras están el endeudamiento excesivo, un desequilibrio entre activos y pasivos, o bien, una excesiva concentración en una tipología de inversión. Por ejemplo, la GCF, tuvo su origen en la ambición de los bancos de inversión americanos fundamentalmente con unos balances muy apalancados a corto plazo, impulsando la proliferación de productos estructurados y titulizaciones, ligados al mercado hipotecario residencial, que se vendieron de forma masiva a escala mundial. Todo ello derivó, aparte de la caída de Lehman Brothers con todas sus implicaciones, en el cierre de 465 bancos…en EE.UU., que se dice pronto. Si repasamos, la crisis asiática de 1997, empezó en Tailandia, por su elevado endeudamiento pero que se propagó a Malasia, Indonesia y Filipinas ya que sus monedas estaban ligadas al dólar y porque muchas empresas estaban endeudadas en dólares con ingresos en moneda local. La crisis de las puntocom, entre 1997 y 2001, fue menos grave porque había mucha concentración excesiva en una sola clase de activos: las acciones de empresas relacionadas con Internet, provocando una caída del índice Nasdaq desde 5.000 puntos hasta 1.300 puntos, desinflando la burbuja.

La deuda debe preocuparnos en el siguiente sentido: por la cantidad y por la calidad. La deuda total mundial es de 164 billones de euros, 2,2 veces el PIB mundial, y la mitad está en EE.UU., Japón y China, habiendo contribuido éste último, al 75% del incremento de la deuda privada mundial desde 2007. Además, se está empeorando aunque no drásticamente, la calidad de crédito, variando el rating de los bonos desde A en 1980, hasta BBB- en 2018, aunque varía según ciclos. La gestora PIMCO estima que en EE.UU. se ha duplicado el volumen de bonos BBB alcanzando un 48% respecto a los años noventa, puesto que sus emisores están mucho más endeudados que entonces y su ratio de apalancamiento neto era entonces de 1,7 veces y ahora es de 2,9 veces. Por otra parte, la ley Dodd Frank (2010) prohibió el trading de bonos a los bancos de inversión y esto ha restado liquidez en el mercado secundario, pudiendo originar una eventual episodio de iliquidez para los inversores en el caso de algún shock para los mercados. Ahora, con tipos oficiales y diferenciales de crédito al alza, el panorama para los inversores en renta fija, no es para nada alagador y se ha frenado la compra de bonos corporativos en los últimos meses de forma sustancial en EE.UU..

Lo que haga EE.UU. afecta y mucho a la situación de la deuda mundial: la guerra comercial desatada con China y resto de países, la reducción de impuestos del Sr. Trump, las subidas de tipos de la FED, el tipo a 10 años del Treasury, son elementos con muchas implicaciones, afectando directamente a aquellos países emergentes muy endeudados en dólares. Deberemos estar muy vigilantes con todo ello, pero a la pregunta de si estamos ante una crisis en ciernes, en nuestra opinión, de momento no, siempre que se encuentren soluciones para reducir el endeudamiento actual y depender menos del mismo en el futuro, tanto en las finanzas públicas como en las  privadas.