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Los eSports como inversión

MUNESH MELWANI,  SOCIO-DIRECTOR GENERAL
30/08/2020

Los eSports no son un fenómeno reciente, si bien ahora todo el mundo los conoce a raíz del crecimiento de su actividad desde la aparición del Covid-19 al estar más la población en casa. No hay una definición común, pero generalmente está la de competición de videojuegos a cambio de un premio. Llama la atención como se conocen mundialmente videojuegos tales como “League of Legends (LoL)”, “Fornite” o “Dota 2”, cuya competición mundial en septiembre en su 10ª edición con millones de seguidores y un premio cada vez más cuantioso, y por su parte, los inversores empiezan recientemente a interesarse por esta industria. 

La antesala de la versión actual de los eSports, está por ejemplo en las competiciones organizadas en 1990 por Nintendo, un campeonato mundial de 3 de sus juegos, organizando un tour físico por 29 ciudades de EE.UU., consistiendo en 3 fases hasta llegar a la gran final. Luego llegaron las “LAN parties”, dado que hasta finales de los 90, internet no se había incorporado a las consolas, con lo que los jugadores/competidores llevaban su propio PC a estas reuniones y normalmente no había premio dinerario. Ya con la Wifi e internet por fibra en los hogares, emergieron los juegos en streaming multijugador en consolas como Xbox o Playstation (incluso en PC), en los que la ya la competición era a escala planetaria.

Bajo nuestro punto de vista, los eSports no son una moda pasajera, sino que forman parte del ocio en el hogar ligado a los videojuegos grupales en tiempo real, que se verán incluso más reforzados con la tecnología 5G venidera. En este sentido, forma parte de la revolución tecnológica actual y la digitalización de nuestras vidas, que tanta rentabilidad está generando a los inversores. Pero ¿qué formas hay de invertir en este negocio? Describimos a continuación 4 formas: (i) Propiedad de un equipo: invertir en un equipo que compite puede generar ingresos por varías vías, tales como merchandising, esponsorización y ganar premios; (ii) Gestión de Eventos: se trata de invertir en compañías organizadoras de las competiciones, por ejemplo, Riot Games que incluye bajo su marca distintos videojuegos y torneos; (iii) Plataformas de streaming: los fans de los eSports no solo disfrutan jugando, sino también viendo como otros juegan. De forma similar a ver fútbol en Digital+, se pueden ver competiciones en Twitch, Mixer y en Youtube gaming, cuyas compañías matrices son respectivamente, Amazon, Microsoft y Google; (iv) Invirtiendo en compañías con la propiedad intelectual del videojuego: por ejemplo, Tencent (LoL, Clash of Clans) o Activision Blizzard (Call of Duty, Candy Crash).

Los eSports tienen tracción y efectos sobre otros sectores económicos, tales como la educación financiera o la gestión patrimonial, dado que los premios son cada vez más millonarios y los jugadores son jóvenes, pasa como en el fútbol, alguien o ellos mismos, deben saber administrar su dinero. Asimismo, el merchandising, por ejemplo, desde camisetas a sillas de gaming esponsorizadas: Adidas y Nike están involucradas. El sector asegurador también ha visto negocio en este ámbito, cubriendo riesgos, por ejemplo ante la eventualidad de que el ganador de una competición no cobre su premio en tiempo y forma, o que un evento se cancele por causas no previstas. La esponsorización como actividad, tanto por parte de empresas del sector como Intel o Nvidia, así como otras que no lo son (DHL, Mercedes, AT&T, etc.) son ejemplos dirigidos a distintos públicos objetivo. La proliferación de Bares eSports, gaming cafes, o similares, como por ejemplo las cadenas Kappa Bar en Suecia o Wanyoo en el Reino Unido. Por último, los despachos de abogados han visto un filón, dado que los profesionales dedicados a esta actividad requieren asesoramiento en la elaboración de contratos entre jugadores y sus equipos, así como promotores, esponsors, etc., además de estructuras societarias óptimas desde el punto de vista financiero-fiscal cuando las ganancias del premio son millonarias.

Lo que está claro es que, del mundo de los videojuegos, se alimentan varias profesiones, consolidándose como un empleo, en el que el talento individual o colectivo como equipo, puede alcanzar un reconocimiento a escala global y además estar muy bien remunerado. Desde el punto de vista inversor, no hay que dejarlo pasar.