Las redes sociales y el sector financiero
VALERIE LEWIS, SOPORTE DE NEGOCIO
09/05/2021
La mayoría de las veces, no somos conscientes de la cantidad de horas que pasamos frente a nuestros móviles, tablets, ordenadores y, básicamente, cualquier dispositivo con pantalla, consumiendo contenidos. Estos contenidos van mucho más allá de leer noticias de actualidad, como solíamos hacer con las revistas y periódicos. Hoy en día accedemos a contenidos de temáticas diversas y en formatos novedosos: posts de blogs, fotos de Instagram, tweets de 140 caracteres, vídeos de Tik-Tok de 30 segundos, podcasts, audiolibros, etc. Por su parte, las redes sociales han revolucionado la forma en la que nos informamos, formamos y entretenemos, ocupando un espacio indiscutible de nuestro día a día, y ofreciéndonos, de forma inmediata, opiniones, comentarios y perspectivas de cualquier tema de nuestro interés desde ópticas distintas y en formatos diversos.
En este mundo cambiante, en el que las comunicaciones digitales forman parte de la innovación y la popularidad se mide en la cantidad de seguidores que tienes, hay nichos de mercado “tradicionales” que se han buscado su espacio. Este es el caso de las finanzas. Inversores “amateurs” y profesionales, empresas y organismos públicos, han encontrado en las redes sociales un espacio dónde opinar y compartir contenido sobre este complejo mundo.
A nivel empresarial, las redes, además, se han convertido en un canal de captación, donde grandes bancos y empresas de servicios de inversión buscan conectar con su audiencia y desarrollar el tan ansiado “engagement” para una posterior conversión a clientes. Cierto es que la banca tradicional cuenta para ello con grandes presupuestos de marketing y que, por tanto, sus resultados en redes sociales se pueden considerar buenos en términos de cifras absolutas. Sin embargo, las redes también permiten a otras empresas del sector, que ofrecen algunos de los servicios de la banca -a veces, incluso, con una mayor calidad- conectar de forma directa con sus potenciales clientes, consiguiendo también sacar provecho de éstas, acercándose así al segmento de consumidores más afín a su marca o servicio. Es el caso de algunas EAFs, Agencias de Valores, Gestoras de fondos, Fintechs y Neobancos.
Evidentemente, las instituciones financieras, como otras empresas que se han embarcado en la comunicación a través de las redes, están constantemente aprendiendo. La comunicación digital cambia muy rápidamente y conlleva un gran esfuerzo, más allá de abrir un perfil en una red social y publicar contenido, hay que tratar de conectar con los intereses de sus potenciales clientes, aquellos que representan el core del negocio. Las empresas que realmente desean obtener un beneficio real respecto a los recursos (tiempo y dinero) invertidos en redes sociales, deben trabajar día a día en mejorar, ya que la mera presencia de la marca en un perfil de una red social ya no es suficiente. La audiencia de hoy en día está buscando un contenido real, atractivo y de calidad (no redifusión) en cada uno de estos perfiles, de los cuales se pueda aprender y obtener algún beneficio.
En España, más de 37 millones de españoles con acceso a Internet son usuarios de las redes sociales y se conectan a ellas, al menos, una vez al mes. Esto supone que, de los 46,75 millones de habitantes que tiene el país, más del 80% ya emplea las redes sociales con asiduidad, según el informe Digital 2021 elaborado por Hootsuite y We Are Social. Esta tendencia que continua en aumento, es importante para todas las empresas, en particular aquellas en sectores como los servicios financieros, que tienen una influencia directa en la vida de las personas y las comunidades que las rodean, asegurándose de que no sólo operen una atractiva oferta de productos y servicios, sino también muestren de forma efectiva un compromiso en términos de responsabilidad social.
El reconocimiento en las redes sociales de una marca corporativa que brinde a sus usuarios contenidos robustos y genere confianza en un mundo digital que cambia constantemente y es cada vez más exigente, es vital para la supervivencia de la misma a largo plazo. No hay una clave mágica para el éxito, lo que sí está claro para los usuarios es que desean poder identificarse con entidades que conecten con ellos, que brinden buen servicio y que sean capaces de adecuarse a las necesidades de una población, cuya cultura financiera ha de mejorar y en la que las redes sociales contribuyen positivamente.