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Las Fintech han venido para quedarse

LAVINA MEHTANI Soporte y Desarrollo de Negocio en Cross Capital

 

23-10-2016

Desde la aparición de las fintech (finance-technolgy), las nuevas compañías financieras basadas en soluciones tecnológicas, han supuesto un serio competidor para la banca tradicional como la conocemos. Estas nuevas compañías tecnológicas están captando con éxito a los consumidores con mayor presencia digital, en negocios como pueden ser los medios de pago, la financiación, la operativa en divisas o las finanzas personales. El éxito de estas compañías se centra principalmente en que aportan valor añadido, su operativa resulta más económica que la banca tradicional además de traducirse en una mejor experiencia del usuario a través de su propio dispositivo móvil, especializándose cada una en un ámbito concreto del negocio financiero, cubriendo precisamente los servicios más rentables para la banca tradicional, de ahí la amenaza que les supone.

 

El capital que mueve este sector, experimenta crecimientos de tres dígitos y supera los 11.000 millones de euros. PayPal, Square, Stripe o Funding Circle son la avanzadilla de un sector en constante ebullición que ha ubicado sus grandes centros estratégicos en Silicon Valley y Londres. España se ha subido recientemente con más fervor a esta marea, aunque es verdad que en los dos últimos años se ha ido configurando en el país un tablero en el que ya juegan alrededor de unas 120 compañías que han generado los primeros casos de éxito, estando su base de operaciones algo más dispersa, pero principalmente en Barcelona.

 

Las fintech dentro de los países desarrollados y con una historia financiera relevante suponen una gran competencia al mercado financiero hasta ahora dominado por las entidades bancarias. El crecimiento es imparable con el paso de los años, pero donde más destaca es en los mercados emergentes, donde la aparición de las fintech está creciendo de manera exponencial, conforme a su población accede a Internet via smartphones. En Asia, países como India, donde gran parte de su población no tiene acceso a la banca, está viendo como suple la necesidad del acceso a servicios financieros a través de las fintechs.

 

En España la situación es diferente pues, a pesar de haberse reducido en un 30% las redes de sucursales con la crisis, sigue siendo uno de los países más bancarizados del mundo, donde la confianza en los medios tecnológicos para gestionar las finanzas personales no está extendido de forma total en la población. A pesar de ello, las entidades bancarias son conscientes de que las fintech vienen para quedarse y que los usuarios demandan cada vez más ser autónomos mediante el uso de la tecnología. En este sentido, recientemente han lanzado Bizum, una iniciativa sin precedentes en la que 27 bancos desafían a las fintech, pues se trata de un servicio de pago por el móvil, de momento gratis para los clientes, que les permite transferir dinero en menos de cinco segundos entre usuarios particulares.

 

Lo que está claro es que la banca no va a desaparecer del todo y está en pleno proceso de transformación desde hace años, si bien, las fintech les ha obligado a acelelerar el mismo. Les supone una amenaza, pero a su vez una oportunidad, dado que les permite descubrir modelos de negocio más eficientes en términos de coste y fórmulas de aproximación a la sociedad de una forma más inclusiva. Tanto es así, que hay entidades como Santander y BBVA, que ya están invirtiendo en las fintech a través de sus fondos de capital riesgo, también contemplan alianzas. En nuestra opinión, bancos y fintechs están obligados a coexistir en el sistema financiero, siendo el beneficiado en última instancia el cliente.