La optimización de activos en el sector del oro
AARÓN RODRÍGUEZ, ASESORAMIENTO PATRIMONIAL
03/03/2019
El nuevo año ha traído consigo un renovado interés por parte de los inversores en el sector del oro, ya que las tensiones del comercio mundial y la naturaleza del ciclo tardío de la economía de la Estados Unidos debilitan las perspectivas de crecimiento mundial. Los PMI globales -indicadores de crecimiento- continúan debilitándose, pero los mercados se han estabilizado en la medida que ayuda el hecho que están disminuyendo las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos. Además, un dólar fuerte viene bien a las empresas mineras de oro proporcionándoles un viento de cola en su margen en aquellos países cuyos activos no están en dólares.
Esta semana, la Reserva Federal señaló que podría alejarse del objetivo de inflación del 2% y apuntar más bien a un nivel de inflación promedio del 2% en el transcurso de un ciclo. Recordemos que, al igual que en Estados Unidos, el objetivo de nuestro banco central también consiste en obtener un nivel de inflación cercano al 2% anual, así si un año espera no lograr el objetivo, trabaja para lograrlo en los siguientes y viceversa, si un año se excede, propone políticas para reducirlo. El cambio de mensaje implica que podríamos estar al comienzo de lo que será un largo proceso de cambio de política monetaria, donde parece que se permitirán niveles de inflación superiores al 2% pues se tendrá en cuenta el impacto promedio en el ciclo, lo que traerá un impacto significativo en las tasas reales. Llegado el caso, los inversores se refugiarán en las coberturas de inflación más duraderas: los TIPS (deuda pública cuyo precio va ligado a la inflación) y el oro.
Así, el telón de fondo macroeconómico todavía es propicio para futuros movimientos en el precio del oro y de ahí que estemos viendo los primeros movimientos de fusiones y adquisiciones en el sector, donde sólo las empresas mineras con balances más saneados podrán perseguir estas oportunidades de crecimiento en un entorno en el que los grandes jugadores ya han señalado que las desinversiones están por llegar.
En este sentido, la oferta de compra hostil de la renovada Barrick Gold a Newmont por 18.000 millones de dólares, que ha llenado de titulares a los principales medios financieros estos días, puede propiciar una reacción en cadena en el sector. Y es que no hace ni seis meses que Barrick adquirió Randgold, movimiento que replicó este año Newmont para hacerse con GoldCorp, otra de las grandes del sector, anunciando lo que iba a convertirse en la mayor empresa minera del mundo. La lógica hace pensar que es probable que varias de las principales empresas australianas se lancen a la caza de los activos que Newmont y Barrick poseen en sus tierras, así como el hecho de que se desbloquearán sinergias tras la consolidación en varias de las minas que comparten ambas compañías, generando la mayor oportunidad de creación de valor la consolidación en Nevada. El nuevo CEO de Barrick y antiguo director general de Randgold hasta su integración, ha entrado pisando fuerte y ha centrado su estrategia de optimización de activos en las minas de este Estado donde solo con las sinergias generadas podría recuperar el precio de las minas en menos de diez años.
Desde la década de los 90’, después de que la primera fase de crecimiento frenético en el sector del oro comenzara a reducirse, las oportunidades de sinergia se centraban en la combinación de empresas que explotaban diferentes partes del mismo yacimiento. Sin embargo, más recientemente estas sinergias habían desaparecido y dependían más bien de la combinación de equipos de gestión y una mejora en las prácticas empleadas como, por ejemplo, la original estrategia de valor que Randgold introdujo en los activos de Barrick y que ahora intentará aplicar en la gestión de Newmont sobre las minas de bajo rendimiento de GoldCorp. A juzgar por lo que comentábamos al inicio del artículo, el momento elegido puede ser el propicio para que esas sinergias puedan venir acompañadas de mejores márgenes.