La inversión sostenible, ¿el nuevo «refugio» o algo más?
CAROLINA CASTELLANO, MARKETING Y COMUNICACIÓN
12/06/2022
Históricamente, en momentos de turbulencias económico-financieras, los inversores han recurrido a los conocidos “activos refugio”, tales como el oro, el dólar o los bonos del Tesoro, puesto que la experiencia ya ha demostrado que puede confiar en estos activos. Hasta prácticamente el año 2020, la inversión sostenible se contemplaba como algo pasajero, una nueva moda de la industria de los fondos de inversión. No obstante, en la actualidad y afortunadamente, los inversores abogan cada vez más por fondos que invierten con criterios ESG (Enviromental, Social, Governance) o ASG, por sus siglas en español, esto es, que tienen en cuenta factores ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo. Se ha convertido en un nuevo refugio para el dinero.
Este lustro resulta crucial para frenar un cambio climático que es cada vez más evidente, con las continuas catástrofes naturales que vivimos, las altas temperaturas, el deshielo, etc., y por el que las autoridades de diferentes países se han comprometido a actuar. Sin embargo, y de momento, no parecen ser suficientes para lograr paliarlo lo antes posible. El cambio climático es una clara amenaza para la humanidad y para toda la biodiversidad, pero también supone una oportunidad de inversión, con riesgos aparejados. Por ejemplo, puede parecer de sentido común apostar por la transición hacia una economía baja en carbono, si bien conlleva un riesgo político pues dependerá de la voluntad real de los distintos países.
Aunque el origen de los criterios ESG se remonta a algunas décadas atrás, estos últimos dos años ha estado más presente que nunca por parte de los inversores institucionales debido a su compromiso con una inversión socialmente responsable (ISR), tras la pandemia global que hemos vivido por la Covid-19, y la crisis socioeconómica que ocasionó, según recoge el “Observatorio de la inversión ESG” de marzo de 2021. En este sentido, los mayores gestores de activos del mundo, como Blackrock, ya han confirmado que siguen una estrategia hacia una completa integración de factores ESG en sus políticas de inversión, manifestando que la transición climática simboliza una oportunidad histórica de inversión.
Por ello, cada vez son más los países que adoptan decisiones estratégicas para ir abandonando los combustibles fósiles por materias más sostenibles, como las energías renovables. Sin ir más lejos, y dentro del sector público, el Parlamento Noruego tomó medidas y acordó que el Fondo Soberano de Riqueza del país implementase esta estrategia, y de esta manera ha autorizado hasta 20.000 millones de dólares en energías renovables, eliminando a su vez la inversión de más de 13.000 millones en activos de empresas de combustibles fósiles, entre carbón y petróleo.
¿Qué podemos decir de los fondos que invierten en empresas cumpliendo con criterios ESG? ¿Suponen ciertamente una buena oportunidad de inversión? Cabría diferenciar dos aproximaciones en el cumplimiento de dichos criterios: (i) aquellos fondos que con sus inversiones realmente generan impacto en el entorno medioambiental, social o de gobernanza, pues invierten activos productivos, infraestructuras, ayudan a ONGs o son activistas con algunas empresas y (ii) el resto de fondos, cuya política de inversión se ha adaptado a la normativa ESG de forma que las inversiones que realizan se adecuan a unos principios respetuosos que les atribuyen esta etiqueta. Y es que, debido a la cada vez mayor concienciación con la necesidad de cuidar el planeta y mejorar la sociedad y gobernanza de las empresas, toda la industria está volcada en adaptar la oferta de productos de forma alineada con estos criterios. Por este motivo, también se ha generado una especie de burbuja al respecto (greenwashing), y no todo es verde o ESG, por lo que conviene ser muy selectivos y realizar un profundo análisis a la hora de invertir.
Desde Cross Capital, siempre hemos tenido en cuenta una filosofía de inversión socialmente responsable (ISR), que contempla estos criterios expuestos (ESG), a través de un minucioso análisis y estudio que nos lleve a definir la mejor selección de compañías e instrumentos en nuestras carteras. Recuerden, asesórense bien.