La cruda realidad detrás del “Drill, baby, drill”
JORGE BAUER, TRAINING – CROSS CAPITAL
26/01/2025
No es secreto para nadie que la nueva administración de la Casa Blanca está marcando un punto de inflexión en la política estadounidense y en su forma de gobernar. Una de las cuestiones más relevantes y controvertidas, a este respecto, radica en su enfoque hacia las nuevas políticas energéticas, marcadas por la consigna “Drill, baby, drill” (Perfora, bebé, perfora) y respaldadas por el argumento de una emergencia energética nacional. A través de esta, el gobierno busca reducir los costes energéticos y priorizar la independencia energética del país impulsando la producción interna de petróleo y gas, que en teoría se lograría mediante la apertura de nuevos pozos petrolíferos, promoviendo una mayor desregulación medioambiental y la concesión de permisos y tierras federales a la industria. Sin embargo, a pesar del atractivo económico y político que a primera vista esta medida pueda tener, la misma ignora, en gran parte, las realidades económicas que marcan la industria del petróleo y gas americanas, por lo que su implementación podría no ser tan simple como se plantea.
Para empezar, el principal desafío con su implementación radica en el conflicto de intereses existente entre reducir el precio de los costos energéticos a la vez que aumentar la producción y la perforación. En este sentido, hay que entender que la mayoría de los ingresos que obtienen estas compañías vienen derivados, principalmente, por los precios del gas y el petróleo. Como regla general, unos precios energéticos bajos desincentivan la inversión y por ello la perforación, lo que crea una relación incompatible. Asimismo, si se produce una gran reducción en los precios por debajo de ciertos umbrales (en el caso de EE. UU. entre 40 y 70 dólares por barril), éstos podrían comprometer la rentabilidad de las empresas y la capacidad de mantener sus operaciones.
El siguiente desafío está relacionado con la propia complejidad de la cadena de valor de la industria y su consolidación. De esta manera, si nos centramos en la primera etapa del sector (exploración, perforación y producción), donde se busca hacer hincapié, es destacable el enfoque que han tenido las políticas de inversión que han realizado las grandes empresas y, especialmente durante la última década, como consecuencia de la incertidumbre global y la volatilidad del mercado. A este respecto, la industria ha ido experimentando un proceso creciente de consolidación, donde ciertas áreas productivas ya se encuentran al límite de su capacidad de producción o en una etapa madura de desarrollo. Esto ha llevado a que los actores del sector adopten un enfoque más conservador y estratégico, a través de la gestión de las reservas e inventarios y en una mayor disciplina financiera y retribución al accionista. De esta manera, a pesar de las intenciones políticas de acelerar la perforación, es probable que las decisiones de inversión sigan guiadas por las consideraciones económicas de las empresas y no por directrices gubernamentales.
Otro desafío radica en el ámbito geopolítico, donde se encuentran algunas incoherencias: este puede ser el caso del incremento en las sanciones y la confrontación comercial o en la negociación de paz en el conflicto Ruso-Ucraniano, donde la industria de petróleo y gas americanos han sido uno de los principales beneficiados.
No obstante, a pesar de la cantidad de desafíos e incoherencias que trasmite la “nueva” política energética del segundo mandato de Donald Trump bajo el “Drill, baby, drill, nosotros consideramos que la industria petrolera seguirá cumpliendo un rol primordial en el balance energético mundial y más aún debido al posible incremento en el consumo energético derivado de los nuevos centros de datos para alimentar Inteligencia Artificial. En este sentido, el sector sigue presentando buenas oportunidades de inversión, no solo en aquellas compañías relacionadas directamente con la producción, sino también con aquellas otras que apoyan y proveen al extenso ecosistema que esta industria posee.