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Inversión en energía verde

MIGUEL ÁNGEL DIAZFINANZAS CORPORATIVAS

09/09/2019

El cambio climático es una realidad innegable y totalmente tangible. Sus efectos son más que evidentes y las temperaturas récord que nos han acompañado este verano son un claro y triste ejemplo de ello. Se trata, sin duda, de uno de los mayores retos al que nos enfrentamos, pero también se presenta como un gran catalizador de nuevas oportunidades.

Son numerosos los factores que hoy en día sustentan el atractivo de las energías renovables como una inversión estratégica. Por un lado, cabe destacar el claro apoyo gubernamental y legislativo que reciben, y las consecuentes oportunidades que surgen de una regulación favorable. La manifestación más evidente de este hecho la encontramos en la aprobación del Real Decreto 244/2019, por el que se regula el autoconsumo. El nuevo texto normativo, no solo facilita los trámites administrativos de los autoconsumidores, sino que además ha introducido alternativas con enorme potencial, como el autoconsumo colectivo y deslocalizado. Se trata de opciones muy interesantes para empresas con importantes necesidades energéticas, con gran cabida en la industria hotelera canaria, que ve afectada su competitividad respecto a sus homólogos peninsulares debido al sobrecoste energético soportado.

Por otro lado, resulta imprescindible hacer hincapié en las atractivas características de las energías renovables desde una perspectiva financiera. En este sentido, el aspecto más importante a destacar es el rápido avance de la tecnología de producción y almacenamiento de energía y la marcada reducción de su coste. Así, según el último informe sobre perspectivas energéticas (NEO) publicado por BloombergNEF, tecnologías como los módulos fotovoltaicos y las unidades de almacenamiento, habrían experimentado una reducción en su coste cercana al 85% en los últimos 8 años. La disminución de la inversión a realizar, unida al consecuente ahorro en costes energéticos y los comedidos gastos de mantenimiento asociados a las instalaciones, derivan en proyectos de inversión con periodos de recuperación que oscilan normalmente entre los 5-10 años, muy por debajo de los largos periodos de vida útil que presentan este tipo de tecnologías, superando normalmente los 20 años (excluyendo las baterías). Además de los citados aspectos, es importante tener en cuenta estrategias de optimización financiero-fiscales, destacando herramientas que emanan del REF, como la deducción por inversiones en Canarias o la reserva para inversiones en Canarias, y las numerosas alternativas de financiación que pueden acompañar este tipo de proyectos. En este sentido, deben analizarse fuentes de financiación tradicionales, como los préstamos destinados a proyectos de eficiencia energética, ofrecidos por entidades de crédito en colaboración con instituciones como el Banco Europeo de Inversiones, así como la búsqueda de fuentes de financiación alternativa, bien privada, o bien, concedida por instituciones públicas, instrumentada a través de préstamos, ayudas con tramos no reembolsables y/o subvenciones.

En conclusión, las estrategias de inversión en energías renovables son tremendamente atractivas, ofreciendo rentabilidades muy interesantes con un nivel de riesgo asumible (con una regulación estable claro está). No obstante, un proyecto de esta naturaleza siempre debe estar acompañado de un completo plan de viabilidad, que se adapte a la realidad económica de cada empresa y garantice su éxito gracias a un correcto estudio técnico y el desarrollo de una estructura financiero-fiscal óptima. Desde Cross Capital, les animamos a analizar la viabilidad de estas inversiones de nuestra mano junto a nuestros socios estratégicos en este ámbito.