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Gestionando la suerte

JESÚS RODRIGUEZASESORAMIENTO PATRIMONIAL

30/12/2018

Nos encontramos en plena temporada navideña, en la cual tienen lugar los sorteos de la Lotería de Navidad, una de las tradiciones relativas a esta época del año más arraigadas en nuestra sociedad; el arraigo es tal, que según datos del Anuario del Juego en España 2016/2017 elaborado por la Fundación Codere, la participación se acerca al nivel de unas elecciones generales. Sin embargo, las probabilidades de ganar el “Gordo” son de un 0,00001%, por lo que prácticamente una semana después del sorteo es presumible que se tengan todas las esperanzas puestas en la Lotería del Niño.

Si tiene la suerte de formar parte del restringido grupo de agraciados, es importante tener en cuenta que según un estudio de la Universidad de Harvard y el MIT, una de cada tres personas que ha ganado la lotería se ha quedado en bancarrota entre los siguientes tres y cinco años. Todo apunta a que uno de los principales motivos es la falta de educación financiera (y eso que estamos hablando de EE.UU., donde se presupone mayor cultura financiera, dado el desarrollo alcanzado de los mercados financieros y la referencia que éstos suponen a escala mundial). Por lo que dado el caso, resulta fundamental estar bien asesorado.

Uno de las primeras actuaciones suele ser reducir parte de la deuda en caso de tenerla, sin embargo, es primordial rodearse de un equipo de asesores financieros cualificados y regulados, que estudien cada uno de los casos de manera personalizada. Estos serán los encargados de aportar seguridad financiera mediante el establecimiento de una óptima planificación con el objeto de satisfacer las necesidades de cada individuo y conseguir la preservación del patrimonio y la obtención de una rentabilidad a largo plazo. La primera etapa comienza con un análisis de la situación personal con el fin de definir las necesidades y los objetivos, así como las restricciones, permitiendo de este modo, determinar el riesgo máximo que está dispuesto a asumir. Para posteriormente hacer una propuesta personalizada la cual se ajuste al perfil de rentabilidad-riesgo resultante de la información previa. Por último, llegado el momento de su implementación, es importante que también se tenga presente la fiscalidad, de modo que la planificación financiera vaya siempre acompañada de la fiscal, optimizando así el resultado. Obviamente, luego todo ello tiene un seguimiento continuado.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la capacidad de transformar las inversiones en liquidez, que debe ser un pilar fundamental a la hora de planificar para hacer frente a imprevistos económicos y cambios en las necesidades. En este sentido, los fondos de inversión, además de cumplir este requisito, permiten obtener rentabilidades atractivas con una volatilidad controlada, posibilitando asimismo la diversificación geográfica, sectorial y por clase de activo, entre otros aspectos, en síntesis, mitigando de alguna forma el riesgo de mercado

Gestionar patrimonios teniendo presente los parámetros anteriores es especialmente importante ante una coyuntura de mercado como la actual, con uno de los peores años que se recuerdan para los mercados, lastrados por la incertidumbre generada por la guerra económica entre Estados Unidos y China, el Brexit, el cambio en el mensaje de la Reserva Federal de Estados Unidos y la ralentización en el crecimiento económico esperada para el 2019 por el consenso de analistas, entre otros frentes abiertos. Todo lo anterior ha propiciado el aumento la volatilidad, alcanzando niveles a los cuales los mercados no nos han tenido acostumbrados durante los últimos años, lo que unido a las correlaciones positivas entre las distintas clases de activos, han dificultado el control del riesgo y en consecuencia la obtención de rentabilidad.

En conclusión, resulta cada vez más imperioso dejarse asesorar por expertos independientes, en la búsqueda de los mejores productos de inversión adecuados para cada perfil de riesgo y acordes a los objetivos de rentabilidad y plazo fijados por cada uno. La planificación patrimonial supone dar un paso más, a nuestro entender, también necesario.

Aprovechamos la ocasión para desearles una feliz entrada de año.