Financiación para el sector hotelero
MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL
12/07/2019
Muchos empresarios hoteleros han disfrutado en estos últimos años de una etapa de “vacas gordas” con ocupaciones elevadas y sostenidas en el tiempo, que les han permitido elevar la facturación y los márgenes. Como se suele decir por precaución, hay que guardar para cuando vengan las “vacas flacas”. No es que éstas estén a punto de llegar, ni tampoco hay señales que anticipan una crisis económica, pero sí hay datos macroeconómicos que nos alertan de una ralentización en el crecimiento, situación que sin duda tiene sus efectos en la propensión al gasto por parte de los viajeros, y que por tanto tendrá sus efectos sobre el turismo y la ocupación hotelera.
De hecho, ya varios hoteleros de Canarias nos manifiestan que están denotando un retroceso en las ventas vs 2018, alcanzando una reducción de hasta un 10% en términos de pernoctaciones en algunos casos, si bien el promedio se situó entorno al 4% interanual en el primer trimestre de 2019. El descenso de las ocupaciones llega acompañado de la caída de los precios, y un descenso aún mayor de los ingresos, que dependen no solo de los turistas alojados, sino de su estancia media, que también se recorta. A esta situación ha contribuido la reapertura de competidores mediterráneos como Egipto, Túnez y Turquía, así como el Brexit. En cualquier caso, no hay que alarmarse pues España se ha consolidado como 2ª potencia turística mundial en términos de entradas de turistas, solo por detrás de Francia y por delante de Estados Unidos, con la visita de 21,4 millones de turistas, 22.489 millones de euros gastados (+5,1% vs 2018), una duración media del viaje de 7,5 días y un gasto diario de 153 euros, todo ello en el período enero-abril 2019 atendiendo a datos del INE.
El sector en su conjunto, consciente de los factores de riesgo que se vislumbran, ha ido en los últimos años realizando inversiones en favor de un turismo de mayor calidad y en busca de la sostenibilidad y respeto hacia el medio ambiente. Si a estas inversiones le añadimos las relativas a la rehabilitación o reposicionamiento del inmueble, la inversión en IT para la transformación digital de los canales de venta, marketing, reputación y personalización de la oferta, cualquier hotelero que quiera ofrecer un producto de vanguardia requerirá combinar financiación ajena y remanentes propios -generados durante la etapa de bonanza- para afrontar todos estos retos.
Como saben, la banca europea no acaba de salir de su propia crisis de márgenes de negocio, habiendo resuelto los problemas de solvencia y liquidez derivados de la Gran Crisis Financiera. El entorno de tipos cero no hace rentable su negocio tradicional, si bien les sigue favoreciendo la estructura del ahorro familiar, con gran parte de éste depositado en IPFs y cuentas corrientes al cero porciento, fraguándose la idea de que en breve tenga un coste explícito asociado para los clientes. La banca no está prestando al mediano empresario por regla general, sino favoreciendo especialmente el crédito al consumo y el hipotecario de vivienda, una vez ha limpiado su balance vendiendo a los fondos todo el “ladrillo” adjudicado durante la crisis. En este sentido, no se sorprendan si cuando le exponen a una entidad financiera sus necesidades de CAPEX, les pregunten por garantías “personales”…, lo cuál implica que no solo no asumen el riesgo de prestar con garantía hipotecaria, sino que no asumen el riesgo de negocio dado que piden garantías complementarias para curarse en salud, por si el negocio no va como estaba previsto. Solo las grandes cadenas hoteleras o los hoteleros con buena salud financiera (deuda inferior a 3 veces Ebitda) están pudiendo apelar a la financiación bancaria. ¿Qué solución queda para el resto?
Hay varias fuentes de financiación alternativa: (i) la inversión privada, esto es, la aportada por un socio financiero, bien sea de capital o de deuda, representada por un empresario o por un fondo de capital riesgo; (ii) los fondos de crédito, ya sean de deuda senior como mezannine; (iii) las plataformas online de crédito, especialmente para financiación del circulante, que incluye el descuento de facturas, pagarés, contratos y préstamos a corto plazo contra balance. Todos estos instrumentos alternativos cada vez ganan más cuota de mercado, especialmente en un contexto en que la financiación bancaria es cada vez más selectiva y restrictiva. Desde Cross Capital, les animamos a utilizarlos de nuestra mano.