Ferrovial, otro episodio más de fuga de capitales
ALBERTO LEÓN PÉREZ, TRAINING CROSS CAPITAL
12/03/2023
El caso de Ferrovial es hasta ahora la noticia empresarial del mes de marzo, y es que la empresa ha comunicado su decisión de movilizar su sede social de Madrid a Ámsterdam, justificándose con un triple argumento: (i) una mayor seguridad jurídica del país holandés, (ii) dar el salto a la bolsa estadounidense, cotizando en el NYSE o en el Nasdaq, y (iii) un acceso a mejores condiciones de financiación.
Tras el conocimiento de la noticia, ha habido reacciones de todo tipo, pero la más sonada viene por parte del gobierno español, alegando falta de patriotismo del Presidente y mayor accionista de la compañía. Sin tener en cuenta este aspecto, la realidad es que se marcha de nuestro país una empresa que proporciona empleo directo a 5.400 personas, propiciando a España una imagen negativa frente al exterior.
Con el gobierno actual, el fenómeno de fuga de capitales de España comenzó con las SICAV tras la inaudita modificación de su política de control fiscal, pasando de 3.400 sicav en 2015 (su punto más álgido), a entorno las 400 que existen actualmente, sentando así un precedente de fuga de capitales hacia otros países como viene siendo en este caso Luxemburgo.
Indagando entre las diferencias fiscales de los países involucrados en el caso Ferrovial, dentro del ranking de competitividad fiscal 2022 de Tax Foundation, podemos encontrar al país neerlandés en el puesto 14º, mientras que para encontrar a España tendríamos que bajar al puesto 34º de 38. Países Bajos se encuentra en el 8º lugar en cuanto al ranking de libertad económica por países de Heritage, estando España en el puesto 51º. Si realizamos una comparativa en este último ranking con otros países europeos como Irlanda – país con la economía más libre, solo por detrás de Singapur y Suiza – España se encuentra por debajo de Perú, Cabo Verde, Malta o Armenia. Estos índices de referencia explican las notables diferencias entre los dos países: cuentas públicas más saneadas, efectividad judicial o libertad de inversión son algunos de los parámetros en las que supera Países Bajos a España.
Si estudiamos los principales motivos que alega Ferrovial para irse: búsqueda de un ordenamiento jurídico confiable y de un sólido marco de gobierno corporativo, observamos que son requisitos básicos que buscan los inversores a la hora de asignar el capital. Por lo que, si una de las empresas más grandes de España marcha alegando estos motivos, se transmite un mensaje de desconfianza hacia los inversores extranjeros, pudiendo alterar el rumbo que lleva el país en cuanto a atracción y retención de capitales. Asimismo, la posibilidad de cotizar en Estados Unidos daría a la empresa acceso a nuevos grandes inversores, permitiéndole consolidar sus proyectos en este mercado, que aporta la mayor parte de sus ingresos.
Por otro lado, parece ser que el motivo principal de la partida de Ferrovial es la búsqueda de mejores condiciones de financiación, y es que desde hace años la sociedad emite bonos en los mercados de capitales desde su filial holandesa (Ferrovial NL BV). Por otra parte, en cuanto a riesgo país, España posee un rating crediticio en su deuda soberana de A, frente a la mejor de las calificaciones, AAA, que posee Países Bajos, lo que supone una gran diferencia en cuanto al coste de financiación, si se considera que las empresas asumen un margen crediticio de coste sobre su soberano. La razón la encontramos en el estado de salud financiera de un país frente al otro: España alberga una deuda sobre PIB de un 118%, comparado con el 52% de Países Bajos; en cuanto a sus tasas de desempleo, estas difieren en 10 puntos porcentuales: 3% Países Bajos frente al 13% en España; por último, su PIB per cápita duplica al español. ¿Son datos suficientes para comprender el rumbo de un país y el otro?
Si bien estamos en pleno ambiente prelectoral, debería hacerse más autocrítica y reconocer que existe un problema de raíz en la política española, que supone poner siempre en el punto de mira al empresario, con un afán recaudatorio que supera todos los límites, en lugar de aplicar políticas fiscales y de gasto más restrictivas. Deberían pensar por qué empresas como Ferrovial emigran a los Países Bajos, analizar otros vecinos europeos como Irlanda, profundizar en su modelo de retención del capital que respeta al empresario y lo protege como fuente de creación de empleo y bienestar en el país. Respetar la libre elección de la empresa y no confrontar con la misma, y pensar cómo atraer el capital extranjero y retener el capital instaurado en España, deberían ser los ejes de actuación para mejorar la situación a futuro.