Falsos mitos y realidades
MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL DE CROSS CAPITAL
28/08/2022
Las finanzas personales no son como nos las han contado, ni de niños, ni de mayores. Ni el dinero ha de estar necesariamente en los bancos, ni bajo los colchones. El dinero debe ser invertido, simplemente ha de generar una rentabilidad, dado que, de lo contrario tendrá un coste de oportunidad, el de no haber obtenido rendimiento alguno, debido al concepto del valor temporal del dinero, que tiende a cero. Es decir, 1 € hoy vale más que 1 € dentro de un año, si no se hace nada con él. Este coste de oportunidad viene medido por la rentabilidad o tipo de interés, pero además está la inflación o pérdida de poder adquisitivo por el encarecimiento de los precios de los productos y servicios, y que actualmente supone una enorme preocupación al situarse en el entorno del 10%.
En cuanto a en qué invertirlo (activos financieros o activos de la economía real como inmuebles o negocios), dependerá de los objetivos financieros de cada uno en términos de rentabilidad, sus necesidades de liquidez a futuro, su horizonte de inversión, su grado de asunción de pérdidas y de otros factores más cualitativos que han de tenerse en consideración. Sin embargo, se trata del tiempo a estar invertido, esto es, de invertir a largo plazo y no de acertar exactamente el momento en que invertir. En definitiva, consiste en dejar funcionar la magia de la capitalización compuesta y, por tanto, cuanto antes se empiece mejor.
Hay que huir de la cultura del pelotazo, del trading a corto plazo, dado que lejos de invertir, supone especular. Existen estilos de inversión, como el value investing, con métodos rigurosos, disciplinados, aplicando valoraciones cuantitativas y cualitativas, que permiten inversiones certeras que generan rendimientos consistentes en el tiempo y acordes a cada perfil de rentabilidad-riesgo. Los mercados financieros están ahí para servirnos, se trata de dar con buenos negocios, con márgenes atractivos, con ventajas competitivas grandes y perdurables en el tiempo, con equipos directivos capaces y transparentes, además de volcados en la creación de valor para sus clientes y accionistas.
Conviene huir de las decisiones condicionadas por las emociones. Para ello, el ahorrador ha de evolucionar a inversor y aprender con ello, pudiendo ser acompañado por asesores financieros registrados (EAF) o gestores independientes (no bancarios) de fondos de inversión, que predican un claro alineamiento de intereses con el inversor, sin sesgos comerciales y siempre aplicando la co-inversión…y no necesariamente de la mano de los bancos. El ahorrador medio está despertando y reaccionando, muestra de ello es que crecen en tamaño y en número las firmas de servicio de inversión independientes, más allá de que las bancas privadas y gestoras bancarias, sigan dominando el mercado español.
Se podrían citar 3 factores que han condicionado la capacidad de ahorro a largo plazo de las familias españolas si la comparamos con otros países desarrollados de nuestro entorno: (i) la escasa cultura financiera, (ii) el perfil conservador que ha derivado en que el depósito bancario ha sido el instrumento más común, y (iii) la vocación cortoplacista de la inversión. Existe el falso mito de que la clase media no puede tener capacidad de ahorro, pero la realidad es que, si una persona destina de forma periódica un pequeño importe a invertirlo de forma sistemática, pero en los instrumentos correctos y bien asesorada, verá como a largo plazo consigue acumular un patrimonio muy aceptable.
Desde Cross Capital, siempre hemos querido contribuir a democratizar las finanzas personales, por ello hemos habilitado 3 vehículos de inversión colectiva: 2 fondos de inversión y 1 plan de pensiones. Tenemos la responsabilidad de ayudar a las personas que se quieren jubilar y alcanzar la independencia financiera, o a personas cuyos niños requieren de un cuidado especial y quieren que siempre estén cuidados incluso si ellos no siguen en este mundo, o acumular dinero para montar un negocio y cambiar de estilo de vida. Son los sueños y las metas de las personas, objetivos vitales, y nuestra profesión les ayuda a alcanzarlos. No se trata solamente de generar riqueza, sino además de educarlos financieramente por el camino mediante el asesoramiento. Considero que es uno de los pocos negocios que realmente ayuda a las personas.
Recuerden, asesórense bien.