Expectativas, energía y Bancos Centrales
BORJA DE LA CRUZ, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
18/06/2023
Esta semana tuvieron lugar dos importantes encuentros en relación con los tipos de interés: las reuniones de la FED y BCE para decidir el rumbo de la política monetaria, cada uno en su correspondiente área geográfica. En resumen, ambas han hecho lo que el mercado ya esperaba que ocurriese: la FED ha mantenido tipos y el BCE ha subido 25 puntos básicos. Aun así, las conferencias de prensa, tanto de Powell como de Lagarde, fueron en la línea de acometer más subidas y seguir restringiendo el acceso al crédito para aplacar una inflación que sigue lejos del objetivo establecido del 2%.
Por otro lado, en cuanto a los datos inflacionarios, se ha visto una desaceleración importante en el IPC de EE. UU. y de la Eurozona. Este descenso viene motivado, principalmente, por las caídas de las materias primas energéticas de los últimos meses. La OPEP+ ha entrado en escena en la última semana anunciando que Arabia Saudí recortará su producción en un intento de mantener los precios o hacerlos subir.
Pese a que el IPC ha estado desacelerándose, el IPC subyacente es bastante más difícil de reconducir y continúa siendo demasiado alto. Recordemos que el IPC subyacente excluye energía y alimentos. El IPC subyacente de EE. UU. en mayo ha alcanzado los 5,3%, descendiendo desde 5,5% abril, mientras que Europa ha visto el mismo nivel de IPC subyacente en el 5,3%, retrocediendo desde el 5,6%.
Además, tanto el consumo americano como el europeo siguen bastante fuertes, así como el mercado laboral de ambas economías. Esta tendencia parece indicar que la demanda aún continúa siendo resiliente para los bienes y servicios pese a las subidas de precio. Esto nos conduce a lo siguiente, ¿qué pasa si los precios de las materias primas energéticas vuelven a subir? Esta misma pregunta es la que debe hacerse el inversor a la hora de intentar visualizar el futuro económico más cercano. Dada la resiliencia de la demanda y el alto nivel de IPC subyacente, una subida de los precios energéticos puede conducir a una segunda oleada de inflación en las economías desarrolladas del mundo occidental.
¿Cuán descabellado es que el barril de Brent vuelva a cotizar a 90$ o incluso 100$? ¿Y el gas natural? Realmente, y haciendo un ejercicio de lógica, nos damos cuenta de que la guerra sigue en pie, así que la crisis energética en Europa no es que haya terminado. La demanda de energía sigue fuerte con la reapertura de China y la fortaleza de la India, con los veranos más calurosos que estamos viviendo y el invierno que se avecina. Con todo ello, la oferta no es que vaya a aumentar de manera drástica, pese a que EE. UU. ya ha hecho un esfuerzo enorme liberando reservas estratégicas de crudo para mantener los precios deprimidos.
Ciertamente, una segunda oleada de inflación es una variable para tener en cuenta, en caso de que los precios energéticos se reaviven, a la hora de invertir en los próximos meses. Este escenario pondría a los Bancos Centrales en una situación mucho más precaria que la actual, ya que deberán seguir subiendo tipos para continuar desacelerando la demanda, y esto ejercerá mucha presión en las compañías (subida del tipo de descuento y deterioro de beneficios empresariales) y en la renta fija.
Obviamente, esto no es más que un escenario que podría ocurrir, puesto que nunca tendremos la certeza de lo que puede pasar. Por ello, desde Cross Capital, siempre recomendamos comprar barato, negocios de calidad que resistan todo tipo de escenarios con los que el inversor pueda dormir tranquilo.