Contáctenos: +34 922 098 062

La evolución del Value Investing

BORJA DE LA CRUZ, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
14/04/2024

Un debate que siempre ha existido, al menos en las últimas dos décadas, es el de la eficacia del “value investing” como estilo de inversión. Este debate se ha acentuado aún más en la actualidad, debido a la existencia de grandes estrategias cuantitativas o el gran auge de la inversión pasiva a través de instrumentos como los ETFs.

Reflexionando sobre el mero concepto de la inversión en valor, podríamos definirlo como una metodología que trata de identificar oportunidades de inversión en compañías cotizadas en las que su valor no esté reflejado en su precio o cotización. Antiguamente, en los tiempos en los que Warren Buffet, Charlie Munger o Benjamin Graham estaban empezando su camino, esto significaba comprar acciones de empresas por debajo de valor en libros y tratar explotar esas ineficiencias. Hoy en día, las dinámicas del mercado han cambiado, algunos inversores, como David Einhorn, claman que el mercado está fundamentalmente roto debido a estas estrategias cuantitativas, las acciones caras se vuelven más caras y las acciones baratas se abaratan más o no sufren esa subida en precio pese a ser, fundamentalmente, buenos negocios. Estas declaraciones son fácilmente observables en la actualidad: la gran divergencia que existe entre compañías de pequeña, mediana y gran capitalización, divergencias por temáticas value vs growth, entre otras.

Desde nuestro punto de vista, la inversión en valor se ha tenido que adaptar conceptualmente, pese a que siguen existiendo oportunidades como las que se encontraban en esas décadas de los 50, 60 o 70, es cierto que ni de lejos tenemos el mismo número de estas ineficiencias. ¿Por qué se ha tenido que adaptar el value investing? Porque el mercado ha evolucionado, se ha vuelto más eficiente (al menos más que en aquellos años), se ha incrementado el número de participantes, ha aumentado el acceso a la información, existen más compañías, etc. Debido a lo comentado anteriormente, ya no es suficiente con comprar algo ópticamente barato a través de un múltiplo, es necesario entender los drivers de crecimiento, estudiar la generación de valor en función del coste de capital de la compañía, su valor terminal, posible disrupción del negocio, etc.

La evolución del value investing no viene solo por la parte comentada sino porque también hemos de entender que algo visualmente caro hoy puede que esté muy barato si entendemos que el negocio va a crecer y mejorar su perfil financiero y rentabilidad en el futuro.  Aquí es donde entramos a hablar de la inversión en calidad y en crecimiento; al final estamos identificando una ineficiencia que se da a través de la creencia de que un negocio va a crecer en mayor o menor medida. En los últimos años, este tipo de inversión ha dominado y ha hecho que se formen estas grandes tecnológicas. Comprar, por ejemplo, Apple, Amazon, META en el 2013-2014, en retrospectiva, ha sido muy buena inversión. Este raciocinio es algo que entendió Warren Buffet, de la mano de Charlie Munger, y que se demostró por su inversión concentrada en Apple.

Por lo tanto, ¿está el value investing muerto? Pues no, ni mucho menos, al final encontrar algo cuyo valor difiere de su precio es la mera esencia de la inversión en valor. Simplemente se ha adaptado/evolucionado. Lo que no quiere decir que la versión “antigua” no siga funcionando en muchas ocasiones. La adaptabilidad de un inversor, un carácter emocional fuerte y el raciocinio económico son habilidades extremadamente valiosas y que en la mayoría de las ocasiones conllevan al éxito.