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Espectacular subida en materias primas

AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital

 

22-04-2018

Estados Unidos ha agitado fuertemente el sector de las materias primas; las sanciones a Rusia y la imposición de aranceles a determinados productos importados, ha terminado por generar presiones inflacionistas en los precios de las materias primas. Tal el así, que en las últimas dos semanas los metales pesados (acero, aluminio, hierro,…) acumulan una subida del 33%, mientras que el petróleo hace lo propio y ya roza niveles de 2014.

Las sanciones de Estados Unidos a Rusal, uno de los mayores productores de aluminio del mundo con una cuota de mercado del 7% de la oferta mundial y 3,7 millones de toneladas producidas en 2017, ha desbaratado la cadena global de suministro. La London Metal Exchange (LME), que es el mayor mercado de metales del mundo, ha dicho que no aceptará más aluminio producido por Rusal, salvo que prueben que no violan el último conjunto de sanciones. La compañía es propiedad del magnate ruso Olesk Deripaska, dueño también de Norilsk, otro gigante en la industria del níquel, y de GAZ, el mayor fabricante ruso de guaguas; acusado de ser partícipe en numerosas tramas relacionadas con el objetivo de “desestabilizar las democracias occidentales” (ocupación de Crimea, elecciones EE.UU., armar al régimen sirio,…). Tras el comunicado, las acciones de Rusal llegaron a ceder un 56% en el Micex (la Bolsa de Rusia), y actualmente se encuentra suspendida su cotización por la posible insolvencia técnica en la posición financiera del grupo.

El aluminio de Rusal quedó suspendido el 17 de abril en la lista de marcas aprobadas por la LME, pero el metal ya estaba en sus almacenes antes de que las sanciones fueran impuestas, lo que ha provocado una inesperada carrera para sacar el metal no ruso de los almacenes, pues en la LME se produce un intercambio físico de bienes, lo que implica que los vendedores pueden liquidar las transacciones mediante la entrega física de los activos a los compradores.

Toda esta situación ha desembocado en un rally sin precedentes en el metal, y es que si bien los aranceles sobre el aluminio primario de China en las exportaciones han impedido que el exceso de capacidad de producción del país cause los mismos estragos en el resto de economías que su exportaciones mundiales de acero, ahora esos aranceles influyen en el precio de LME, que busca estabilizar la oferta y demanda -se estima que un tercio del metal almacenado en LME es propiedad de Rusal-. Según diversos analistas, para alcanzar el equilibrio, los precios en la LME tendrían que subir hasta los 3.000 USD/tn respecto a los 2.500 USD/tn actuales, para que saliera a cuenta comprar el metal en China, una subida que en principio consideran improbable. En lo que llevamos de mes, el precio del contrato de futuros del metal en Londres se ha encarecido más de un 29%, mientras en Shanghái la subida del precio es del 10%.

En la presentación de resultados de Alcoa Corp, que tuvo lugar esta semana, el equipo ejecutivo hizo especial hincapié en el reto que supone para la industria la actual incertidumbre en la cadena de suministro, cuya demanda agregada global se prevé que crezca entre el 4,25% y el 5,25%; y es que el aluminio es un metal cada vez más demandado, donde la industria automotriz -los coches híbridos y eléctricos requieren de una mayor cantidad de intercambiadores de calor- y el relacionado con HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado), se encuentran entre los mercados que mayor potencial de crecimiento ofrecen. No obstante, la habilidad que el metal ha demostrado tener en el pasado para escabullirse de las regulaciones gubernamentales, podría apaciguar muchos de estos factores. El aluminio primario chino ha evadido durante bastante tiempo el impuesto del 15% al ser forjado en formas más básicas que pueden exportarse con aranceles más bajos; del mismo modo, el metal de Rusal puede volver a encontrarse en el mercado después de volver a fundirse en terceros países.