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Entorno económico e inversión

MUNESH MELWANI, SOCIO DIRECTOR CROSS CAPITAL
04/07/2021

La sensación de que la economía mundial remonta desde el varapalo que supuso la crisis económica originada por la Covid-19, es consenso entre los analistas. De hecho, se espera que crezca en promedio un 6,7% en términos interanuales conforme las zonas más rezagadas recuperen el pulso, esto es, que Asia y Latinoamérica se unan a Europa y EE.UU. acelerando el ritmo de vacunación, de forma que permita una recuperación sostenible de la movilidad y la actividad económica. Sin duda, la variante delta del virus está causando estragos y se verán sus efectos durante el verano en términos de contagio, si bien se sabe que las vacunas siguen reduciendo el riesgo, con lo que los esfuerzos se deben centrar en acelerar el proceso de vacunación a escala mundial. Por su parte, tanto el Plan de Infraestructuras de Biden, como el Plan de Recuperación Europea se prevé cojan buen ritmo en términos de implementación.

En EE.UU. esperamos un crecimiento mejor que el esperado a principios de año, vislumbrando una reconducción de los precios y salarios en lo que resta de año, tras el repunte registrado durante el segundo trimestre, que llevó a la FED a cambiar el tono de sus mensajes acomodaticios, migrando hacia un escenario más realista de recuperación económica impulsada por una generosa política fiscal, que les llevaría a anunciar el “tapering” (retirada de los estímulos monetarios excepcionales) a finales de 2021. En Europa, tanto el Banco de Inglaterra como el BCE, siguen con mensajes de tranquilidad, si bien vigilantes con el repunte de la inflación, esperando que sea coyuntural, propio del rebote de la economía tras la pandemia.

Bajo una óptica inversora, el entorno sigue siendo benévolo en la medida en que la economía se recupera, así como los resultados empresariales, si bien, hay varios segmentos dentro de las distintas clases de activos financieros que cotizan a niveles muy exigentes y están caros. Claramente, la renta variable es nuestra clase de activo favorita, siendo muy selectivos. Esperamos crecimientos de los BPA (Beneficios por Acción) en la Eurozona del 50% en línea con los analistas más optimistas, de hecho, en lo que va de año, se han revisado al alza en varias ocasiones y están llegando a su pico, lo que permitirá que las bolsas generen márgenes adicionales de ganancias en lo que resta de año, especialmente porque el trasfondo de crecimiento económico es positivo. Obviamente, la evolución del virus será un factor clave a vigilar y seguramente generará volatilidad.

En cuanto a preferencias, pensamos que el consumo privado va a comportarse muy bien en los próximos trimestres, lo que será positivo, pero no por igual para todos los sectores, por ejemplo, bien para los viajes vacacionales, quizás no tanto para los corporativos, bien para la restauración y el ocio, no tanto para la comida a domicilio. Por otra parte, la bolsa de EE.UU. ha batido al resto del mundo en un 7% interanual en los últimos 13 años; en este sentido, un repunte prolongado de la inflación en esta zona y una política anti-trust con presión impositiva sobre las grandes tecnológicas, podría propiciar una reversión a la media de sus bolsas, o, mejor dicho, una corrección. En este sentido, preferimos aprovechar oportunidades en otros lares, como Europa, Asia e incluso Oceanía.

En cuanto a tipología de compañías, abogamos por aquellas más de corte “value”, esto es, con ventajas competitivas y fuertes barreras de entrada, líderes de nicho, de carácter familiar en muchos casos, con deuda manejable, visibilidad generación de cash flows y equipos gestores reputados. Esto no quiere decir, que se descarten compañías que están cambiando el mundo, como pueden ser las Big Tech u otras más disruptivas. Nos gusta también la inversión temática: inteligencia artificial, nutrición, como ejemplos.

En cuanto a la renta fija, en general, no le vemos atractivo, el Treasury americano a 10 años lo vemos próximo al 2% en rentabilidad hacia finales de año, alza propiciada por el margen de repunte que todavía tiene la inflación. Esto tendrá su traslación sobre la curva europea igualmente. Por tanto, no es una clase de activo donde estar. En crédito (renta fija corporativa), los diferenciales ya cotizan a niveles mínimos, si bien hay algún margen adicional de estrechamiento, pero con ganancias limitadas, más allá de oportunidades en sectores muy castigados por la pandemia o en segmentos de capital híbrido, así como en emergentes.

Las divisas evolucionan muy marcadas por los mensajes de los respectivos bancos centrales, con lo que no constituyen a nuestro modo de ver, una clase de activo en la que posicionarse con una estrategia de inversión. El EUR/USD lo vemos cotizar en el rango 1,19-1,16 en los próximos 12 meses, en favor del USD conforme los tipos reales vayan evolucionando al alza. En lo que se refiere a las materias primas, vemos una demanda del crudo creciente de forma progresiva que llevará el Brent al rango 76-80$ el barril, manteniendo nuestra perspectiva positiva para otros componentes energéticos conforme se recupere la actividad económica niveles pre-Covid. En cuanto a oro, si bien ha corregido, vemos útil tener una exposición en las carteras como protección ante la inflación, así como activo que actúa generalmente de refugio en etapas de volatilidad en los mercados.

Por último, vemos necesario en las carteras globales incluir un componente de activos alternativos, que aporten descorrelación de los mercados tradicionales. Hablamos de exposición al mercado inmobiliario (logístico, oficinas, etc.), inversión en arte, vino y capital riesgo.

Para ahorrar a largo plazo, conviene componer carteras de inversión con una adecuada asignación de activos, de la mano de los mejores proveedores de productos, que habitualmente no están en la oferta bancaria. Adicionalmente, se hace necesario estar encima y aplicar una gestión dinámica. Asesórense bien.