Enfoque inversor para 2020
MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL
26/01/2020
Si echamos la vista atrás, todavía tenemos en la retina el buen año que fue 2019 para todas las inversiones financieras, y seguimos recordando todo lo contrario sobre 2018. Pero alargando el plazo de nuestra visión retrospectiva, veremos que los mercados llevan evolucionando positivamente algo más de 10 años, esto es, tras el primer año de la Gran Crisis Financiera en 2008. Pero como se suele decir, “la memoria es corta”, siendo el dilema actual si continuar invertidos o no, tras semejante rally positivo, que además ha acompañado a uno de los ciclos de crecimiento más largos vividos en la historia reciente, en el que han sido de gran ayuda las políticas monetarias no convencionales impulsadas por los bancos centrales.
En estos últimos 10 años, por citar algunos ejemplos, el S&P americano se ha revalorizado un 263% (12,4% anual), el Eurostoxx-50 un 77% (5,3% anual), el MSCI World en USD un 167% (9,3% anual), …, mientras nuestro Ibex-35 se encuentra tan solo un 5% por encima de como terminaba 2008, lo que supone un +0,45% anual. Por su parte, las medidas aplicadas por las autoridades monetarias llevaron los tipos de interés a niveles negativos, reduciendo las primas de riesgo de la deuda soberana, así como los diferenciales de crédito de la deuda corporativa hasta niveles irrisorios. Las materias primas también han evolucionado positivamente, aunque de forma dispar entre ellas y según la fase del ciclo económico; lo mismo pasa, con los activos inmobiliarios, que han recuperado su valor a niveles precrisis. En resumen, todos los inversores han podido ganar dinero en la última década, siempre con templanza y vocación de largo plazo.
La última década ha estado marcada especialmente por la revolución tecnológica en la que seguimos inmersos y que no tiene pinta de finalizar, pues ya no solo se trata del comercio electrónico, sino del big data, la inteligencia artificial, cloud, IoT, 5G, robótica, automatización, etc, donde claramente hay dos países que lideran la misma: EE.UU. y China, precisamente los protagonistas de la guerra comercial arancelaria desatada hace algo más de un año y recientemente apaciguada con la firma de un acuerdo entre las partes. Hay empresas disruptivas que están cambiando el mundo y de ahí su evolución y valoración bursátil: las FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) son un referente y de hecho, han multiplicado su valor desde que salieron a bolsa 6, 103, 14, 23 y 17 veces respectivamente, si bien cabe destacar que algunas salieron al parqué en 1980 como es el caso de Amazon o en 1997 como es el caso de Apple. Una vez más, visión de largo plazo y muy importante, quién es el innovador que está tras la compañía.
Tras todo este festival de apreciación de activos financieros ¿qué tenemos por delante? Los mercados son vulnerables a una eventual corrección dada la exuberancia mostrada durante tantos años y el momentum de valoración. Ahora bien, el entorno macro no es malo, más bien benévolo, dado que sin bien estamos ante una ralentización, se maneja un 3% de crecimiento mundial, inflación controlada y tipos bajos (en muchos casos cero). En este sentido, entendemos no hay que alarmarse, pero si ser cautos y muy selectivos en cuanto a las distintas clases de activos financieros, sus segmentos, sectores y los distintos mercados a nivel geográfico. Es verdad que hay algunos focos de incertidumbre de naturaleza geopolítica y sanitaria, tales como las tensiones EE.UU.-Irán, el coronavirus surgido en China que esperemos no se convierta en pandemia mundial, el impeachment de Trump, la emergencia climática…pero en general, muchas empresas siguen presentando robustos resultados y muchas, sobre todo industriales, se han visto penalizadas en los mercados por la guerra comercial y ahora debieran recuperarse.
Siempre hay oportunidades de inversión, pero ahora más que nunca, impera una cuidosa selección, una gestión flexible, dinámica y táctica, diversificación y control de riesgos. Nos gusta la renta variable, con un enfoque value, en Emergentes, Eurozona, Reino Unido y Japón, y algunas empresas de EE.UU. por su carácter disruptivo. Asimismo, introducimos activos en las carteras globales que permiten descorrelación, tales como hedge funds, capital riesgo, activos inmobiliarios y materias primas. Aumentamos la posición en liquidez, para aprovechar futuras posibles correcciones.
Ahora más que nunca, no se dejen llevar por las redes comerciales, por los consejos de masas, céntrense en sus propios objetivos financieros y planifiquen sus vidas a largo plazo. Pónganse en buenas manos profesionales y a ser posible independientes (no bancarizados).