
Tiempos revueltos en Wall Street
16/03/2025
La incertidumbre se paga cara y, en los últimos días, el coste de esta se ha hecho más que evidente mediante el aumento de la volatilidad y el incremento de ventas masivas en los mercados financieros. En el momento de escribir este artículo, el S&P 500 ha registrado una caída de más de un -5,8% en lo que va de año, el Russell 2000 se ha desplomado en un -10,4% y el Nasdaq 100, el cual recoge a las grandes tecnológicas, un -8,4%, arrastrado por la caída de grandes empresas como Tesla, Nvidia o Apple.
El detonante principal de esta corrección no ha sido otro que la renovada ofensiva arancelaria del presidenteDonald Trump contra China, México, Canadá y la Unión Europea, manifestada a través de nuevos anuncios que imponen gravámenes del 25% sobre el acero y el aluminio, y dejando abierta la posibilidad de aplicar contramedidas del 200% a productos europeos tales como el vino y otras bebidas espirituosas. Además, las caídas se han visto reforzadas por las previsiones a la baja de la Reserva Federal de Atlanta, que estima una contracción en el PIB estadounidense de alrededor del 3% para este primer trimestre, y por la revisión a la baja de las previsiones por parte de los principales bancos de inversión, que han aumentado sus probabilidades del riesgo de recesión. Frente a esta situación, resulta interesante analizar por qué los inversores han optado por liquidar sus posiciones y si el riesgo de recesión es real o se trata de una exageración.
Por un lado, la liquidación de posiciones responde directamente a una reacción ante la incertidumbre. Y es que, ante un contexto como el actual, marcado por la imprevisibilidad y el proteccionismo de las políticas de Trump, y ante una falta de visibilidad real sobre la duración e impacto que estas medidas tendrán sobre la economía, la inversión y el consumo se ven negativamente afectados. En este sentido, no se trata únicamente de los aranceles en sí mismos, pues, aun siendo perjudiciales, si las empresas y consumidores contaran con certezas sobre su vigencia, podrían evaluar las consecuencias y ajustar sus estrategias de inversión y gasto en consecuencia. Pero es justamente la falta de certeza lo que ha impulsado las ventas en los mercados, optando los inversores por posicionarse en liquidez o en activos de mayor certidumbre, abandonando aquellos cuyos flujos de caja se tornan más inciertos.
Por otro lado, sobre si la materialización de una recesión es real o no, actualmente no está del todo claro, pues dependerá de cómo vaya evolucionando el contexto macro y el efecto que esta incertidumbre tenga en las decisiones económicas individuales de los agentes económicos. A pesar de que de momento descartamos la posibilidad de una recesión, sí creemos que cuánto más tiempo se mantenga esta incertidumbre y los aranceles, se irá alimentando la probabilidad de que finalmente se produzca.
Frente a todo ello, abogamos en que como inversores se actúe con cautela, evaluando no solo los riesgos inmediatos, sino también las oportunidades de inversión que pueden surgir en medio de la volatilidad. Aunque el entorno actual es incierto, la incertidumbre no significa necesariamente más riesgo y esta podría ofrecer oportunidades para aquellos inversores dispuestos a identificar activos de calidad que se encuentren temporalmente infravalorados o situaciones asimétricas. Asimismo, una diversificación correcta y un enfoque a más largo plazo jugará a nuestro favor. Todos sabemos que Trump tiene el poder de estabilizar la economía cuando le plazca simplemente abandonando sus políticas comerciales o aportando mayor claridad a los inversores/consumidores. Sin embargo, no debemos esperar a que esto ocurra, sino adaptarnos y prepararnos para navegar en un mundo cada vez más complejo, en el que la geopolítica pasa a ser protagonista.