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El informe Draghi

JORGE BAUER, TRAINING – CROSS CAPITAL

15/09/2024

La pérdida de competitividad que Europa ha experimentado en las últimas décadas, así como la progresiva marcha atrás en términos de relevancia en el panorama global, no es secreto para nadie. El crecimiento económico europeo se ha ido ralentizando y la brecha que presenta frente a otras economías es cada vez mayor.

El informe Draghi publicado esta semana, ha vuelto a subrayar esta realidad y es que, en un contexto en el que potencias “emergentes” como China e India o economías consolidadas como Estados Unidos, avanzan rápidamente en áreas clave como la tecnología, la innovación, la inteligencia artificial y la energía, Europa es cada vez menos protagonista.

Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, explicó en su informe las causas de esta pérdida de competitividad y señaló posibles soluciones. Entre las causas principales destacó, el aumento de los costes energéticos, el gap existente entre la productividad europea frente a la americana, el desafío de la seguridad, la falta de innovación y la creciente dependencia del exterior.

En su conjunto, el informe, alertó de que los procesos de toma de decisiones y los mecanismos de financiación en Europa actuales están diseñados para “el mundo de ayer”, un mundo que es previo a la pandemia del Covid-19, a la guerra en Ucrania, a los conflictos en Oriente Medio y al resurgimiento de la rivalidad entre grandes potencias, en un contexto en el que la energía barata de Rusia, las exportaciones baratas de China y la dependencia de la protección militar de Estados Unidos ya no pueden darse por sentadas.

La solución por la que se aboga en el informe supone una transformación progresiva de la estructura europea, a través de la inversión de al menos 800.000 millones de euros adicionales al año, esto es el equivalente al 5% del PIB europeo. Sin embargo, el proceso de una eventual aprobación de esta inversión y la materialización en los planes dentro de la Unión Europea están sometidos a una elevada complejidad. Por un lado, tenemos la falta de cohesión que existe en el viejo continente y la elevada cantidad de desacuerdos y conflictos de intereses entre los países miembros en relación con el gasto y la regulación vigente. Por ejemplo, países como España o Italia son más proclives a un aumento en el gasto público y regulación mientras que otros países como Alemania u Holanda abogan, por lo contrario. Esto es especialmente preocupante cuando se aborda el problema de la innovación, dado que este tipo de empresas requiere habitualmente un marco regulatorio más flexible y un entorno estable para prosperar su ecosistema. A estos problemas se le suma la falta de un enfoque general hacia la consecución de objetivos comunes y a la consolidación de un proyecto europeo cada vez más unido, lo que hace aún más difícil, alcanzar esta financiación y el establecimiento de un plan conjunto y coordinado.

Por otro lado, en el supuesto de que la voluntad política consiguiera ponerse de acuerdo y se financiaran estas medidas emitiendo deuda conjunta vía la UE, la utilización y reparto de estos fondos entre las economías europeas podrían llegar a ser muy diferentes a cómo queda planteado en el informe, lo que podría generar nuevos retos/conflictos. Un ejemplo de este episodio lo hemos visto con los fondos Next Generation, que fueron aprobados tras la pandemia del Covid-19, habiéndose producido un auténtico descontrol en la fiscalización del destino de estos, por lo que la aprobación de nuevos fondos podría reavivar este problema (aún no resuelto), más allá de los problemas burocráticos y administrativos que surgen en la fase de implementación en muchos países.

No obstante lo anterior, el informe no deja de ser interesante y supone un sano ejercicio de reflexión para la ciudadanía y los entes públicos. La Unión Europea ha presentado retos desde su origen y a pesar de su heterogeneidad ha sido capaz de afrontarlos. El problema de la competitividad y la inversión en sectores clave, resulta cada vez más evidente y está en las manos de todos los europeos encontrar la forma de afrontar estos retos.