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El trilema de los bancos centrales

MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL DE CROSS CAPITAL
14/05/2023

En el último mes hemos asistido a un nuevo episodio de crisis bancaria, en esta ocasión en EE.UU., afectando especialmente a la banca regional, registrándose quiebras bancarias a razón de ¡una por semana! El crédito es como es flujo sanguíneo para la economía, y el sistema bancario ha tenido algunos microinfartos, con nombres propios, pero poniendo en tela de juicio la gestión de cientos de bancos en aquel país. A este lado del océano, tampoco ha ayudado la quiebra de Credit Suisse como banco global y su adquisición por UBS en el país helvético.

Tras varios rescates privados, públicos y la contundente respuesta de la FED activando su Programa de Liquidez para la banca, las aguas se han calmado un poco, si bien la fuga de depósitos continua hacia los fondos de inversión monetarios, algo que sí se ha trasladado a la banca europea, especialmente española, al no remunerar ésta aún los depósitos a tipos de mercado. Otra medida adicional que se está barajando a raíz de la desestabilización en el sistema norteamericano, es que la mayor parte de los depósitos estén asegurados por el Fondo de Garantía.

Esta crisis nos ha traído recuerdos del origen de la Gran Crisis Financiera, pero no tiene nada que ver, dado que, en aquella, eran los grandes bancos sistémicos los que tenían los balances llenos de renta fija y otra clase de activos inmobiliarios con problemas, inflados por una burbuja que finalmente explotó.

Pero ¿cómo empezó esta crisis? Cabe recordar que el enorme estímulo fiscal implementado por los respectivos gobiernos para mitigar los efectos económicos de la Covid-19, supuso una inyección en la banca en formato de depósitos del orden de 5 trillones de dólares, algo que no esperaban, financiación minorista a tipo cero. Este exceso de liquidez no lo podían invertir en créditos a una economía real afectada por la pandemia, con lo que la invirtieron en deuda pública, bonos municipales y títulos hipotecarios, que cotizaban a rentabilidades en mínimos históricos. Tras la reapertura de la economía y encontrarse la FED con una inflación galopante que alcanzaba los máximos de los últimos 40 años, se vio abocada a implementar la subida de tipos más agresiva de la historia, con un doble efecto: (i) incitaba a los depositantes a retirar su liquidez en busca de mayores rentabilidades, generalmente la ofrecida por fondos de inversión monetarios, y (ii) pérdidas latentes en las carteras de renta fija de los bancos. Al ser estas retiradas de liquidez masivas, los bancos se vieron forzados a vender estas carteras, aflorando estas pérdidas y por tanto socavaron su solvencia.

Como se suele decir, durante las subidas de tipos siempre se rompe algo, pues bien, ya ha sucedido. Hace algo más de un mes, los bancos centrales se enfrentaban a un dilema: cómo combatir la inflación, siguiendo con la subida de tipos y reducción de su balance, sin dañar mucho la economía y la creación de empleo. Ahora tienen un “trilema”: cómo alcanzar estos objetivos y a su vez estabilizar el sistema bancario.

Aunque se estabilice el sistema, el efecto principal es el de la restricción crediticia, esto es, los bancos van a ser más cautos y selectivos aún concediendo crédito y además más caro, especialmente ante un escenario previsible de ralentización económica, tal y como descuentan las pendientes de las curvas invertidas de EE.UU. y Alemania. Asimismo, este capítulo de estrés bancario derivará en un fortalecimiento de la supervisión y regulación bancaria y seguramente en una reestructuración de la banca mediana en EE.UU. que está muy fragmentada. Esta acción de restricción crediticia se dejará notar rápidamente, incluso antes de que actúen los bancos centrales.

La inflación se está reconduciendo, pero sigue siendo elevada, el mercado laboral es resiliente y los resultados corporativos están aguantando bien. La cuestión es si estas condiciones persisten en el tiempo ¿cómo actuarán los bancos centrales? ¿dejarán que el mercado crediticio frene la demanda? ¿subirán más los tipos? Nuestro escenario central es que mantendrán los tipos altos una temporada, hasta que la demanda se resienta y la inflación registre el deseado 2%.

Desde luego el escenario descrito no es el mejor para los activos de riesgo, y vendrán correcciones y volatilidad, generando nuevas oportunidades para los inversores de largo plazo.

Recuerden, asesórense bien.