Criptoestafa global
MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL DE CROSS CAPITAL
20/11/2022
No era de extrañar que un tío apellidado Bankman-Fried (traducido “Hombrebanco-Frito”) acabara siendo protagonista de uno de los mayores escándalos financieros de la historia, que recuerda a grandes quiebras como la del banco Lehman Bros o la energética Enron. El treintañero había conseguido situarse en el puesto 41 del listado Forbes de los más ricos del planeta en tan solo 3 años, algo que sus compañeros de lista habrían conseguido en varias décadas de duro trabajo y en muchos casos tras varias generaciones familiares. Llegó a amasar una fortuna de aproximadamente 18 billones de dólares, desvanecida completamente en tan solo 3 días.
Cuando le entrevistaron en dicha revista sobre cuál era su cometido, dijo literalmente “mi objetivo es generar impacto”. Pues bien, el objetivo lo ha conseguido y de sobra: creó junto a sus amigos la 2ª mayor plataforma de criptomonedas a escala mundial, FTX, que se ha declarado en quiebra hace una semana, dejando en la estacada a sus inversores y a algo más de un millón de usuarios. Entre los inversores, destacan Temasek (Gobierno de Singapur) que ha admitido una pérdida de 265 millones de dólares por la bancarrota de FTX, el fondo de venture capital Sequoia una posición de 210 millones, el plan de pensiones de profesores de Ontario 95 millones, el fondo de capital riesgo en cripto Paradigm unos 290 millones, Softbank a través de su fondo Vision Fund 2 unos 100 millones, etc., y es que, FTX levantó 400 millones de dólares en una ronda que realizó en enero de 2022 (en total unos 2.000), en la que se valoró la compañía en 32 billones. ¿Cómo puede ser que inversores institucionales de esta envergadura, experiencia, reputación y trayectoria inversora puedan errar de forma colectiva en la due diligence de la compañía? Resulta sorprendente la capacidad de engaño del sr. Bankman, pero también puede ser FOMO (Fear of Missing Out), esto es, el temor a perderse algo grande.
Por su parte, han sido muchos los celebrities que han apoyado a FTX en su lanzamiento, rondas de captación de capital y operativa, promoviendo el uso de la plataforma, tales como el quarterback Tom Brady y su exesposa la supermodelo Gisele Bündchen, Louis Hamilton, Stephen Curry y Shaquille O’Neal, ahora incluidos en la demanda presentada por los inversores. Sin embargo, los más perjudicados han sido los usuarios, cuyo dinero y ahorros se han quedado atrapados en la plataforma, y, aparentemente son casi irrecuperables dado el nivel de endeudamiento de la compañía y otros agujeros descubiertos.
Binance, la mayor plataforma de negociación de critpoactivos salió al rescate de la quebrada FTX, pero finalmente no prosiguió al detectar irregularidades contables en sus cuentas, provocando la alarma entre la comunidad inversora y los usuarios de la plataforma, que entraron en pánico, desplomándose la criptodivisa ligada a la misma (FTT) e impulsando la retirada masiva de su dinero, algo más de 6.000 millones en 72 horas. Para colmo, SBF como le gusta apodarse, había creado un hedge fund denominado Alameda Research, que utilizaba el dinero de los propios usuarios de FTX para sus inversiones en el mundo cripto, además de prestarle dinero a él y sus allegados por importe superior a los 1.000 millones de dólares. La controversia está servida y el conflicto de interés es obvio, más allá de la apropiación indebida de dinero que no le pertenecía.
La Unión Europea quiere que situaciones así no se repitan, y para conseguirlo, apuesta por el reglamento MiCA (siglas en inglés de Market in Crypto Assets), la primera norma que regulará las criptomonedas en su territorio. MiCa despierta expectación, si bien no regula todas las figuras y operaciones cripto. Los NFT o tokens no fungibles, por ejemplo, quedan fuera de su control. También los instrumentos financieros (como los security tokens), las plataformas DeFI (que permiten negociaciones con divisas sin un sistema de control ni intermediarios) o las plataformas DAO. Por lo visto, el reglamento MiCA afectará sólo a aquellas operaciones con criptodivisas que estén gestionadas a través de smart contracts dentro de la blockchain, como Bitcoin. Ello implica que muchas operaciones caerán en la alegalidad. No serán ilegales, pero será el consumidor el que asuma el riesgo de operar con estos criptoactivos. Se espera su aprobación para febrero de 2023, si bien su entrada en vigor está condicionada a un período de latencia de hasta 18 meses tras su publicación en el DOUE.
Desde luego este tipo de eventos mina la confianza en el mundo cripto. Los maestros del Value Investing a quienes seguimos, Warren Buffet y Charlie Munger, llevan años dejando claro que las criptodivisas son arriesgadas y no tienen valor, aventurando un mal final para sus inversores. El tiempo les está dando la razón a estos legendarios inversores.
Desde Cross Capital nunca hemos recomendado la inversión en criptoactivos dado que no los consideramos un activo financiero invertible, en la medida en que resulta complejo determinar su valor intrínseco o fundamental, al no tener flujos de caja ni depender de la economía real. Adicionalmente, su negociación no está regulada ni supervisada por las autoridades de valores. Se ha comparado en ocasiones el Bitcoin al oro, como refugio de valor, pero de momento no se ha demostrado que cumpla dicha utilidad. De hecho, se podría enmarcar dentro del concepto especulación, dado que la persona que compra una criptodivisa por ejemplo, lo hace porque piensa que su valor va a aumentar, dado que otra persona está dispuesta a comprárselo a un precio mayor… y visceversa. No lo concebimos como inversión a largo plazo, si bien el blockchain es una tecnología que viene para quedarse, con múltiples aplicaciones y tiene un valor, pero éste es un tema aparte.