Confusión sobre las Sicav
MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL
20/01/2019
El Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2019 que pretende aprobar el actual gobierno socialista, contempla que las Sicav (Sociedades de Inversión de Capital Variable), pasen a estar tuteladas por Hacienda a efectos de tener un mayor control…como si la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) no estuviera haciendo su trabajo a lo largo de varias décadas. Está claro que está dando salida a alguno de los pactos alcanzados con su socio populista en la moción de censura, pero consideramos que reina una enorme confusión entorno a la figura de las Sicavs, que conviene aclarar.
Las Sicav son, al igual que los fondos de inversión y los planes de pensiones, Instituciones de Inversión Colectiva (IIC’s). La verdad es que, en ocasiones, no salimos de nuestro asombro ante determinadas ocurrencias políticas, que no se sabe si se originan por desinformación o por incultura financiera, o un mix de ambos, pero siempre generan confusión entre la población. El caso es que va por oleadas, pero siempre las Sicavs están en el centro del debate mediático, asociándolas con el estereotipo del rico usurero, empresario explotador, que históricamente ha hecho crecer su patrimonio y que siempre se ha beneficiado fiscalmente de su condición. Esta asociación no se produce en el resto de Europa, donde la figura está totalmente consolidada y es muy respetada en la gestión de patrimonios familiares, no considerándolos en ningún caso como vehículos de potencial evasión fiscal de los más adinerados, como pasa en nuestro país. De ahí, que ahora la función de comprobar si las Sicav cumplen con el número mínimo de accionistas (100) pase a manos de Hacienda, poniendo en entredicho la labor de control del supervisor de valores desde el inicio de este instrumento de ahorro colectivo (1983). A nuestro juicio, la CNMV ha realizado su labor perfectamente, de hecho, en todo este tiempo, ha sancionado a Sociedades Gestoras y ha excluido de cotización a varias Sicav, por haber incumplido algunos de los requisitos.
Obviamente, empeorar el régimen fiscal de un vehículo de inversión que históricamente vienen utilizando las familias empresariales con el fin de optimizar su fiscalidad (tributan al 1% en el Impuesto de Sociedades), mientras acumulan patrimonio financiero, no es bueno para ningún país. El oportunismo político ha hecho mella en el sentimiento inversor desde hace algunos años, que ante la incertidumbre acerca de su tratamiento fiscal, ha hecho junto con otros factores, que el número de Sicavs descienda paulatinamente, mediante la fusión, liquidación y baja de estas sociedades de inversión. No menos importantes, son los otros factores: el mal comportamiento de los mercados financieros en 2018 y el carácter más restrictivo de su constitución y funcionamiento vs otros países europeos (capital mínimo, nº de accionistas mínimo, régimen registral, etc.), han propiciado también que se reduzcan en número y por tanto en patrimonio.
Creo que a nadie se le escapa que el ahorro es bueno para cualquier país y por tanto, animar a que se deslocalice parte del mismo (a Luxemburgo por ejemplo), es contraproducente. Estamos hablando de aproximadamente 2.750 Sicav, que aglutinan 31.000 millones de euros, tratándose de un sector que emplea a miles de personas. Debiera imperar la cordura a la hora de legislar, velando por la neutralidad en el tratamiento fiscal de los diversos instrumentos de ahorro y es que a día de hoy, las Sicav no tienen ningún privilegio fiscal frente a los fondos de inversión. En cualquier caso, nuestra decisión de cómo ahorrar, no debiera estar condicionada a qué se le va a ocurrir a la clase política.
Les recomiendo que cuenten siempre con asesoramiento profesional regulado.