¿Cómo se justifican las valoraciones actuales en Bolsa?
PUNEET VASWANI, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
14/11/2021
Llevamos prácticamente una década señalando que los principales índices a nivel mundial, especialmente los estadounidenses, han estado marcando máximos un año tras otro – salvando los reveses del segundo semestre de 2018 y el shock bursátil en marzo del año pasado – y continúan haciendo lo mismo. Mucho se ha venido hablando de cuándo parará, en qué momento se producirá esa esperada corrección, que algunos estiman sana y oportuna (ya en septiembre los mercados dieron un susto, hablándose de “estanflación”), mientras que el S&P 500 marcaba nuevos niveles máximos históricos este lunes (4.701,70 puntos) y el NASDAQ 100 los marcaba el pasado viernes (en 16.359,38 puntos).
¿Cómo justificar estas subidas incesantes y valoraciones tan exigentes? Pues bien, existen varios factores. Comencemos por el primero y más importante, y es que podemos esperar que los parqués sigan su recorrido alcista en el largo plazo si lo basamos en el crecimiento de los beneficios empresariales año tras año. Claro está, que el objetivo primordial de cualquier compañía es lograr ganancias para perdurar en el tiempo. Esto se refleja en que, justo antes de la pandemia, las compañías analizadas (bajo el espectro de JP Morgan) globalmente ganaban 2,3 billones de dólares a cierre de 2019. En el año 2020, cayeron estos beneficios hasta los 2,0 billones, sin embargo, este año vuelven a repuntar los beneficios alcanzando la friolera de 2,9 billones de dólares. Es decir, siguiendo esta hipótesis y centrándonos en los beneficios corporativos, podemos entender una parte de los precios de las acciones actuales.
En segundo lugar, otro de los ejes impulsores de este crecimiento de las Bolsas viene dado por el ritmo de innovación en las compañías. Según buena parte de los analistas, este proceso se ha acelerado unos diez año gracias a tecnologías totalmente disruptivas. Algunos de los ejemplos que encontramos pueden ser Netflix o Amazon: la primera inicialmente vendía DVDs por correo, y la segunda hubo una época en la que vendían exclusivamente libros. Ahora se han convertido en dos titanes tecnológicos y están entre las compañías más grandes del mundo. Otro ejemplo: las compañías dedicadas a las energías alternativas. Dada la urgencia climática, posiblemente sustituyan a las clásicas compañías petroleras en algunas de sus actividades, puesto que la utilización de recursos naturales y la contaminación que generan no es en absoluto sostenible.
Por otra parte, el contexto económico-financiero ha sido propicio para la renta variable en la última década, especialmente con los continuos estímulos económicos (monetarios y fiscales) desde la Gran Crisis Financiera. Sin ir más lejos, la FED lleva más de 10 años llevando a cabo programas de expansión cuantitativa (hasta cuatro ampliaciones desde 2010), lo que ya conocemos como “QE (Quantitative Easing) ilimitado”. Únicamente en los períodos de 2014 y finales de 2017, la FED llevó a cabo un tapering y una retirada de estímulos monetarios, respectivamente. Por tanto, si tenemos en cuenta los estímulos lanzados por parte de los Bancos Centrales, inyectando liquidez inagotablemente en la última década, resolveremos otra de las variables de tales valoraciones. A mayor liquidez en el sistema, siempre que parte de esta ingente liquidez vaya destinada a los mercados, más se impulsarán las valoraciones, especialmente de la mano de inversores institucionales.
En Cross Capital, consideramos que, dentro del contexto actual y a pesar de las valoraciones, la clase de activos más atractiva -en un período en el que los datos de inflación no dejan de sorprender, los tipos de interés se encuentran bajos y el crecimiento económico se va normalizando – es la renta variable. Siempre y cuando la inversión sea de forma selectiva y esté asesorada por profesionales de probada trayectoria, esto es, sólo aquellos que mejor entienden los mercados financieros y todas sus variables, abogando por la inversión a largo plazo. A medida que evoluciona la industria financiera y el apetito por el riesgo de los inversores, queda demostrado que el asesoramiento financiero regulado, independiente y profesional resulta vital en la consecución de los objetivos financieros.