
Comercio internacional: 90 días en tensión
13/04/2025
El pasado 2 de abril pasará a la historia como el “Día de la Liberación”. Donald Trump hacía pública la tabla de aranceles recíprocos que sembró el caos a nivel mundial. De acuerdo con el presidente norteamericano, durante décadas, Estados Unidos ha sido víctima de un trato injusto en los mercados internacionales, viendo sus exportaciones limitadas y ahora toca pagar con la misma moneda.
Desde entonces vimos una caída dramática en los mercados financieros a nivel global. El aumento significativo de la volatilidad se debe a que el mercado, siempre movido por las emociones y las expectativas, empezó a descontar una desaceleración de la economía a nivel global y una recesión en EE. UU. en el corto plazo, como resultado de una escalada en la guerra comercial.
Los mercados de renta variable no han sido los únicos damnificados. Hemos sido testigos de un hecho inusual, un repunte considerable en las rentabilidades de los bonos a largo plazo de la deuda estadounidense, originada por las oleadas de ventas por parte de inversores institucionales, entre ellos, algunos socios comerciales como China y Japón, según se dice. Esta situación es lesiva para EE. UU., pues aumenta su coste de financiación, lo que agravaría su déficit fiscal, dado que a este país le vencen en 2025 un total de 9,2 billones de dólares, lo que supone el 25% del total de su deuda. Si tuviera problemas con la refinanciación, hablaríamos de un problema mayor.
Otro hecho llamativo ha sido la depreciación del dólar frente al euro, llegando a situarse el tipo de cambio EUR/USDen 1,14, mínimos de hace 10 años. Aunque en primera instancia puede llegar a resultar contraintuitivo, ya que las medidas proteccionistas deberían resultar en una apreciación de la moneda local, tanto el riesgo de recesión como la salida de capitales de la deuda pública, reducen la demanda de dólares significativamente. Esta razón, junto con el de la inflación inferior a lo previsto en marzo, genera una presión sobre la FED para que lleve a cabo una bajada de tiposque estimule el crecimiento económico, a costa del atractivo de los activos denominados en dicha divisa, lo que retroalimenta su depreciación.
Lo comentado anteriormente sumado a ciertas presiones internas por parte de algunos socios de gobierno de Trump, han hecho que la ofensiva americana no haya sido capaz de prolongarse en el tiempo, o bien, forma parte de su estudiada estrategia. Recientemente, se anunció una pausa de 90 días en la aplicación de los “aranceles recíprocos” para todos aquellos países que no habían tomado represalias. Aunque los mercados han reaccionado positivamente a esta noticia y hemos visto un repunte de los principales índices bursátiles, por ejemplo, el Nasdaq-100recuperó alrededor de un 12% y el S&P-500 un 9,5% tras el anuncio (la mayor subida diaria en los últimos 17 años), la presión bajista sobre el dólar y la deuda persiste.
La guerra comercial, por lo menos por los próximos tres meses, parece tener dos grandes protagonistas: Estados Unidos y China. Para los asiáticos no ha habido tregua alguna, todo lo contrario, los aranceles más recientes anunciados hasta la fecha son del 145% mientras que China responde con un 125%. Esta situación, tiene el potencial de redibujar el comercio global salvo que se llegue a un acuerdo pronto.
Si bien seguimos sosteniendo que los aranceles nacen con fines de negociación para ejercer presión sobre las demás naciones, hay una evidencia empírica innegable, el daño en los mercados ya está hecho y, a pesar de su poder, la imagen de EE. UU. como socio comercial “confiable” está en entredicho.
Finalmente, aunque este contexto afecta negativamente al sentimiento inversor, vale la pena recordar una de las frases más célebres de Warren Buffet: “Hay que ser codicioso cuando los demás son miedosos y miedosos cuando los demás tienen los ojos inyectados de codicia”. Sin lugar a duda, se pueden encontrar negocios de calidad a precios mucho más atractivos que hace unas escasas semanas. Depende de nosotros ser capaces de identificar el valor detrás del miedo.