Contáctenos: +34 922 098 062

Los aranceles son toda una realidad

JORGE BAUER, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL

6/04/2025

La interdependencia económica que los Estados Unidos ha liderado y promovido desde final de la segunda guerra mundial parece estar llegando a su fin. Con un fuerte giro hacia el proteccionismo, Donald Trump, anunció una nueva ronda de aranceles globales durante su evento denominado “Liberation Day” (Día de la Liberación), con el objetivo declarado de reequilibrar la balanza comercial del país y redefinir las reglas del comercio internacional.

Los aranceles anunciados se han establecido de una manera escalonada y basándose en los flujos de la balanza comercial americana, imponiéndose así un tipo básico de arancel en función de los superávits o déficits que tengan con cada nación. De esta manera, los aranceles podrían clasificarse en tres grandes categorías o grupos. En el primer grupo podríamos situar a aquellas naciones que mantienen un bajo déficit como es el caso de Reino Unido o Australia a las que se les aplicará un tipo arancelario más bajo, en el segundo grupo podemos ubicar a otros grupos de países como la Unión Europea a las que se les aplicará un tipo medio y en último lugar a países con una balanza comercial altamente deficitaria como es el caso de China o Vietnam a quienes se les aplicarán los mayores tipos arancelarios. De esta manera, el tipo de arancel medio que los Estados Unidos aplicará al mundo se situará en torno al 23%, lo que viene a ser el mayor gravamen aplicado en casi más de un siglo.

La reacción de los mercados no se ha hecho esperar y las sesiones bursátiles posteriores a los anuncios han experimentado caídas duras y de manera generalizada en toda clase de activos. Los sectores más afectados han sido aquellos con una mayor exposición al comercio internacional o al ciclo económico como puede ser el consumo discrecional, debido a los efectos en la cadena de suministros o el energético, debido a la cada vez mayor posibilidad de desaceleración económica a nivel global. Ante ello, parece prudente replantearnos qué son realmente los aranceles y qué consecuencias suelen tener en la economía y en los mercados.

Cabe destacar que os aranceles no son algo nuevo y sus efectos económicos se conocen bien desde hace siglos. En esencia, los aranceles son impuestos que un gobierno impone sobre bienes y servicios importados de otros países. Los proteccionistas normalmente promocionan el hecho de imponer aranceles como una solución simple para proteger la industria nacional, generar empleos o reprender a otras naciones. No obstante, el simplismo no siempre puede aplicarse a un problema complejo, y, por tanto, habitualmente se pasa por alto los efectos negativos que genera su aplicación y los efectos ocultos ligados a los mismos. De manera general, los efectos negativos más directos son conocidos y tienen que ver con reducción de la eficiencia global de la producción y del crecimiento económico, así como de las posibles rupturas de las relaciones entre naciones y un posible incremento de conflicto. Sin embargo, los efectos indirectos son más sutiles y tienen que ver con la distorsión de los incentivos que tienen los mercados y por ende la correcta asignación de los recursos, lo que generalmente provoca daños a largo plazo a la economía del país que los impone.

Los mercados financieros siempre reaccionan de forma brusca en contextos como el actual, ya que como bien sabemos, funcionan en base a expectativas y cuando sucesos ocurren, se produce una destrucción y recalibración de estas alimentando en el corto plazo la volatilidad, explicada por un sentimiento inversor muy negativo (pánico).

No cabe duda, de que esta decisión de la administración Trump supone un antes y un después en el comercio internacional, si bien, también implica el inicio de una guerra comercial que traerá consigo contramedidas en plan represalia de los países/zonas contraparte, provocando una ronda de negociaciones que probablemente durará meses con el fin de alcanzar mejores acuerdos y calmar los ánimos. El escenario más pesimista es aquel en el que no se alcanzan acuerdos y se imponen aranceles cruzados, retroalimentando la pérdida de confianza por parte del mercado dado que alimentaría el fantasma de la recesión. Tendremos que estar muy alerta.

Como siempre, recomendamos seguir un proceso de inversión lo más racional posible, revisar las tesis de inversión y reflexionar sobre los efectos que el nuevo marco arancelario tendrán sobre las mismas, asignando nuestro capital de la manera más eficiente. Recuerden asesorarse bien.