Covid-19 y turismo: impacto global
MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL
26/04/2020
Como probablemente sabrán, el consenso de analistas ha aventurado una recuperación gradual de la enorme crisis económica que ha traído consigo la propagación mundial del Covid-19, esto es en forma de “U” pero con un valle ancho, quién sabe. Dependerá de varios factores, pero principalmente, del ritmo de reinicio de actividad de las distintas economías, de su estructura económica en la medida en que hay sectores más sensibles y otros menos, y de la efectividad en la implementación de las medidas de política monetaria de los bancos centrales y de política fiscal por parte de los distintos gobiernos.
En Canarias, la dependencia del turismo en términos de contribución al PIB de nuestro archipiélago, lo hace especialmente vulnerable. El Instituto Estadístico de Canarias (ISTAC) ha publicado recientemente una simulación de impacto, que maneja como escenario intermedio las siguientes hipótesis: duración del confinamiento hasta el 23 de mayo (70 días), período de “desescalada” hasta el 12 de julio (50 días), apertura de la actividad económica excepto turismo-ocio hasta final de año (172 días) y apertura de turismo-ocio desde septiembre en adelante. Bajo este escenario, se estima una caída del PIB del -26,3% y de 3,9 millones de turistas (-74%) vs los datos de 2019; considerando que el sector turístico supone aproximadamente el 30% del PIB y genera el 40% del empleo, se pueden hacer una idea de la magnitud del desastre, al menos para el año en curso.
Dicho esto, Canarias no es un caso aislado y el impacto en el sector turístico es global. El sector de la aviación está claramente afectado. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) estima que la aviación de pasajeros podrá dejar de ingresar 315 billones de dólares en 2020. Esto ya va a suponer recortes de plantillas severas para varias compañías. Por darles un dato: en EE.UU. el número diario de pasajeros en la semana del 12 de abril fue de 95.531 vs los 2,4 millones del año 2019, un retroceso del 96%. Pero lo mismo pasa en los aeropuertos asiáticos: un 95% de promedio en los 18 aeropuertos más activos. IATA estima que 25 millones de puestos de trabajo están en riesgo en el sector a escala global por la caída de la demanda.
El fenómeno del lock-down o aislamiento ha supuesto como no puede ser de otra manera, un retraimiento dramático de la llegada de turistas a los distintos destinos. En Asia: en Hong Kong en marzo 2020 fueron 82.000 llegadas vs 5,9 millones en 2019, lo que supone un -99%. Cifras próximas se repiten en Japón, Sri Lanka, Australia etc., incluso con rescate de algunas compañías aéreas por parte los estados. Europa, que es el destino favorito, con 600 millones de turistas en 2019, es de las más golpeadas, especialmente Francia, España e Italia. Hoteles y restaurantes se estiman que pierdan el 50% de sus ingresos anuales, mientras tour operadores y agencias de viaje incluso un 70%. Se han prohibido trayectos por parte de algunos países, esto es, cerrado fronteras, como es el caso de Grecia, prohibiendo viajeros procedentes de Alemania y Reino Unido hasta el 15 de mayo. Canadá restringió al tráfico aéreo internacional en marzo y se estiman pérdidas por más de 17 billones de dólares y más de 300.000 empleos. En EE.UU. ya se nota la contracción del gasto en viajes en más de 500 billones de dólares, un 45% de caída vs 2019, suponiendo más de 6 millones de puestos de trabajos y 83 billones en ingresos. La zona Caribe no se iba a salvar, muy afectada a nivel hotelero y especialmente por el turismo de cruceros. En Oriente Medio, destaca el aplazamiento a 2021 de la Expo 2020 de Dubai, que iba a atraer más de 25 millones de pasajeros para el evento. Tampoco se libra el turismo temático, como por ejemplo el de safaris en Kenia, o el tráfico aéreo en Sudáfrica, donde las principales compañías han anunciado drásticos recortes de empleo y alguna insolvencia.
Mientras iniciamos el camino de regreso a la “nueva normalidad”, hay sectores que irán recuperando progresivamente actividad y tracción, y otros, como nos tememos, que son los ligados al turismo y viajes, que tardarán algo más. Y es que la crisis económica se va a dejar notar en los bolsillos de las clases medias, retrayendo el gasto y destinándolo principalmente a lo prioritario, dejando en segundo plano el ocio, las vacaciones, etc., por no mencionar el impacto del incremento del desempleo en su poder adquisitivo. La consultora McKinsey estima que, con el inicio de la desescalada, los vuelos domésticos tardarán 2-3 trimestres en recuperar su actividad (con nuevos parámetros de movilidad de pasajeros) y los vuelos internacionales incluso más de 6 trimestres. De previsiones como ésta, deriva que se quiera fomentar principalmente el turismo nacional y hacer de Canarias un destino especialmente seguro. Para ello, será necesario tener los recursos necesarios y protocolos de actuación muy bien definidos, velando por su cumplimiento, más allá de los incentivos económicos para los viajeros. A ver si entre todos lo conseguimos y hacemos de esta crisis una oportunidad