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Fijos y Variables

JOHANNA PRIETO Finanzas Corporativas en Cross Capital

 

23-07-2017

 

 

Si bien estaba claro que este jueves no se llevaría a cabo ningún tipo de actuación del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo en lo que respecta a sus tipos de intervención, nos resulta interesante centranos en algunos de los comentarios realizados por Mario Draghi en su comparecencia posterior.

 

Más allá de la decisión unánime de mantener los tipos de interés al 0%, Draghi ha dejado claro que la inflación no está dónde quieren, y que si bien confían en que llegará al nivel objetivo, requieren de una política monetaria muy expansiva. Destacando así que en lo último que se piensa actualmente es en un endurecimiento de las condiciones financieras que ralentice el proceso, poniendo de manifiesto que continuará con la compra de activos hasta 2018, o más adelante si fuese necesario,  hasta que se observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo. En un escenario de crecimiento económico, y estimando que no será hasta bien entrado el 2018, finales más bien, cuando el BCE empiece a contemplar la primera subida en su tipo de intervención, conviene hacer una reflexión de la idoneidad o no de una de las últimas medidas anunciadas por el Ministerio de Economía en estos días dentro de la nueva ley hipotecaria como es el fomento de las hipotecas a tipo de interés fijo.

 

A grandes rasgos, lo que se persigue con la nueva normativa es que los titulares de una hipoteca a tipo de interés variable puedan pasarse a tipo de interés fijo con coste prácticamente cero, tratando de eliminar las comisiones de cancelación y reducir los costes de escritura y registro. Actualmente, más del 80% de las hipotecas están formalizadas a tipo de interés variable, lo que ha permitido a muchos de los prestatarios, dejando a un lado el controvertido asunto del suelo o floor, aprovechar las bajadas de tipos de interés de la última década. No obstante, no debemos obviar que en hipotecas a muy largo plazo, con vidas de hasta 30 años, el coste final dependerá de la evolución de los tipos de interés en el futuro. Si bien es cierto que estamos en mínimos históricos del Euribor, y que no se contempla subidas a corto plazo, no descartamos una subida en los intereses de las cuotas hipotecarias durante períodos tan largos. Es por ello que, con tipos de interés de financiación a 15-30 años por debajo del 1,5%-2%, es el momento para reflexionar sobre la posibilidad de cerrar el coste de la financiación a largo plazo. Sin embargo, como en ocasiones anteriores, el éxito de esta alternativa quedará en manos de la banca, como ya se han encargado de recordarnos la misma. La banca ya ha empezado a lanzar mensajes, recordando que su negocio es la concesión de crédito aplicando un diferencial o margen en base al riesgo de crédito asumido, trasladando el riesgo de tipos de interés totalmente al cliente. De ahí que ofrecen las hipotecas a tipo de interés variable y si los tipos de interés de su financiación a corto plazo suben (Euribor), esa subida se trasladará al cliente al estar referenciado su préstamo igualmente al Euribor, eliminado así el riesgo de movimientos en los tipos de interés para el banco. En el caso de hipotecas a tipo de interés fijo, la banca anuncia que deberá neutralizar igualmente ese riesgo de tipo de interés, teniendo que recurrir a la contratación de productos derivados en el mercado, anticipando que ello encarecerá la financiación a tipo fijo, aplicando así niveles superiores al rango 1,5%-2% mencionado.

 

Si bien alguno podría llegar a pensar que cerrar ahora una financiación a tipo de interés fijo es tratar de especular con los movimientos en la curva de tipos de interés a largo plazo, recordándonos economías como Japón donde los tipos llegaron a niveles muy por debajo de los actuales en Europa y las experiencias de muchas empresas con la contratación de derivados a tipos de interés fijo en los últimos años, es necesario dejar claro que igual de especulativa es dejar abierta su financiación a tipo de interés variable. Cualquier buen gestor y financiero en el escenario actual que financie sus proyectos a tipo de interés variable estaría apostando firmemente -especulando- a que los tipos de interés se mantengan bajos durante un largo periodo de tiempo. De lo contrario, no se entendería que no teniéndolo claro, comprometiera el éxito de su inversión al movimiento futuro de los tipos de interés.