Dando de comer a los halcones
AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital
09-07-2017
Cuando los dirigentes de los bancos centrales hacen declaraciones sobre política monetaria, en el ámbito de los mercados se suele emplear los términos hawkish (halcones) y dovish (palomas) para definir la postura de los mismos en base al tono empleado durante el discurso. Así, un tono hawkish se relaciona con una postura más contractiva, de endurecimiento de la política monetaria; mientras que un tono dovish se relaciona con una postura más flexible, de política expansiva. Actualmente, pareciera que las palomas han desaparecido y dado paso a los halcones, que sobrevuelan los mercados a sus anchas, pero ¿por qué?
Los inversores en renta fija vienen haciéndose una serie de preguntas recurrentes en base a este cambio de parecer de los bancos centrales. La línea de la argumentación comienza por cuestiones como… ¿por qué los bancos centrales de repente se han vuelto hawkish si la inflación está claramente lejos de su objetivo?, ¿qué es lo que están viendo ellos que nosotros no?, y ¿dejarán de “verse” a los halcones a la primera señal de corrección en los mercados? Durante la última década, han sido los bancos centrales los que han guiado a las diferentes economías, a través del uso de una serie de medidas expansivas con la esperanza de que éstas impulsaran el consumo y se encaminaran así hacia un crecimiento sostenible, pero ¿por qué paran ahora?
Ahora se respira confianza en los mercados, basado tanto en la sostenibilidad del crecimiento económico, como de los beneficios empresariales. En este entorno, la Eurozona debería ser la región más beneficiada, donde el viento de cola del crecimiento mundial, unido a las medidas de flexibilización adoptadas, conducirá a la expansión de toda la región, a la vez que la perspectiva de desintegración de la Unión Europea se ha reducido drásticamente, afianzando el crecimiento. Sin embargo, siguen existiendo riesgos tanto al alza como a la baja. Entre los riesgos a la baja, se identifica un error de política monetaria (es decir, endurecimiento excesivo o demasiado rápido), tanto de la Reserva Federal como del Banco Central Europeo, pudiendo descarrilar la expansión actual. Un descenso sorpresivo después de las políticas “stop-and-go” de China, afectaría negativamente a los mercados de materias primas, y el desglose de las negociaciones del Brexit representa un riesgo específico para Europa. Por otro lado, el riesgo alcista, incluye la aceleración de la agenda de integración europea, o la aplicación oportuna de estímulos fiscales, recortes de impuestos y medidas de flexibilización regulatoria en Estados Unidos.
Si los bancos centrales llegasen a abandonar la postura hawkish en la primera corrección de mercado, tratar de volver a ponerse dovish sería un error, pues ya es demasiado tarde: han hecho la vista gorda a la débil inflación. ¿Por qué decirle que no entonces a las facilidades financieras? Puede que sea porque está sucediendo algo más grande de lo que somos capaces de entender a simple vista, y que la inflación que está volviendo es más peligrosa de lo que parece y, por eso los bancos centrales están llevándole la delantera; o quizás sea que los bancos centrales se han dado cuenta que ya han sobrepasado las facilidades que pretendían dar a los mercados y, por lo tanto, es momento de comenzar a drenar la liquidez inyectada. De cualquier manera, han aparecido los halcones, lo que significa que ahora las tasas de interés sólo podrán subir.