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Petróleo para todos

AYTHAMI GONZÁLEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital

 

08-01-2017

 

Ya ha pasado un año de los días más trágicos en los que el petróleo cayó por debajo de 30$/barril, estábamos en plena crisis de las materias primas ante las dudas del crecimiento económico mundial, en particular de China, la incertidumbre de subidas de tipos de la FED y el renqueante rendimiento de los resultados empresariales. Surgieron dudas sobre la salud financiera de las empresas energéticas y sobre su capacidad para soportar los bajos precios del mercado. Según Reuters, un tercio de las empresas petroleras a nivel mundial estaba en riesgo de quiebra y sí es verdad que un año más tarde, muchas han caído. En noviembre del año pasado los principales dirigentes de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo), llegaron a un acuerdo para recortar la producción del crudo en 1,2 millones de barriles/día y aumentar así su precio de cotización. Este acuerdo ha hecho que el petróleo se revalorice hasta un 25% en 2 meses, propiciando la revalorización de las empresas del sector y, aunque no le veamos una correlación clara a simple vista, también ha supuesto un impulso en la capitalización del sector bancario.

El sector bancario está ampliamente correlacionado con el sector energético, sobre todo, en momentos de alto riesgo como el anteriormente descrito. Las empresas petroleras y gaseras tienen una enorme proporción de financiación otorgada por los bancos. El posible impago de la misma ocasionaría un serio perjuicio en los balances bancarios, aunque nada que ver con la crisis de 2008, puesto que estos préstamos suponen el 2.5% de los activos bancarios, en cambio, las hipotecas basuras suponían un 33%. Ante esta realidad, muchos bancos estadounidenses, entre ellos Wells Fargo, JPMorgan, Bank of America y otros, crearon unas reservas extras (provisiones) para sufragar posibles pérdidas crediticias por préstamos petroleros, por el “qué pasará”, dañando sus cuentas de resultados y restando eficiencia a sus inversiones.

La recuperación en bolsa de las empresas del sector energético es muy notable, una subida de los precios del crudo junto con el mayor crecimiento económico han favorecido un aumento de confianza en el sector. Este sector en EE.UU., si vemos el Vanguard Energy ETF lleva un +9% desde que se acordó el recorte de producción. En el caso de España, lo observamos en empresas como Repsol que ha tenido una revalorización de un 45% en 2016 y un 12% tras el acuerdo. En el caso de la deuda, a pesar del alto apalancamiento del sector energético, también ha habido un aumento del confort. La deuda High Yild de energía cayó en enero a sus niveles de precio más bajos en 20 años, pero la mejora de expectativas ha dado un mayor acceso a la financiación privada con unos menores costes. En el caso del sector bancario, este acuerdo ha venido “como agua de mayo”, ya que esto ha supuesto reducir las pérdidas en créditos morosos de empresas de un sector prácticamente hundido. Por otro lado, los bancos tienen ahora la posibilidad de liberar y reinvertir parte de las provisiones dotadas, pudiendo mejorar sus resultados y balances. Si nos fijamos en el ETF del sector bancario estadounidense iShares US Financials ETF ha subido un 6% desde el acuerdo.

A pesar de todo ello, es muy pronto para hablar de recuperación. Como muchas veces ha pasado, los acuerdos de la OPEP son muy frágiles y tan solo hace falta que uno de los miembros no lo cumpla, para que se vuelva a la situación anterior. Los mercados financieros están sometidos a diversas correlaciones, donde debemos identificar y controlar en la medida de lo posible, todas las variables que afectan a nuestras inversiones.