La bajada de tipos en EEUU ha llegado
01/09/2024
En los últimos meses (en realidad, también años), la atención de los mercados y de los inversores ha estado centrada en la retórica de los Bancos Centrales y a sus políticas de tipos de interés. Durante este período, los gobernadores de las principales instituciones monetarias han tenido mucho que decir acerca de sus políticas monetarias, especialmente tras la brutal subida de tipos implementada en 2022. Por un lado, hemos observado reducciones moderadas en los tipos de interés por parte de bancos centrales como en el caso del Banco Central Europeo, el de Canadá, el de Inglaterra, el de Suiza y el de China, con reducciones que oscilan entre los 10 y 25 puntos básicos. Por otro lado, también hemos visto leves incrementos, como el del Banco Central de Japón, que elevó sus tipos en 15 puntos básicos llevándolo al 0,25%, tras haberlo subido en marzo, normalizando su política de tipos negativos tras 17 años.
En este contexto de ajuste monetario, en las últimas semanas se ha celebrado la reunión anual de banqueros centrales en Jackson Hole, en la que se debate la situación macro y se abordan los desafíos en los que se encuentra la economía mundial, la dirección de la política económica global y las dinámicas entre bancos centrales. Esta reunión ha tenido una especial relevancia, debido a que el banco central de EEUU (la FED) todavía no había expresado de forma explícita sus intenciones de bajadas en los tipos de interés, por lo que todo el mercado estaba pendiente de las declaraciones de su presidente, Jerome Powell.
Durante su intervención, Powell anunció su intención de ajustar la política monetaria con una posible reducción en los tipos de interés. Destacó que los riesgos inflacionarios se habían reducido considerablemente y se estaban acercando al objetivo anual del 2-3% de inflación, advirtiendo asimismo sobre señales de enfriamiento en el mercado laboral y que esto podría añadir una capa de complejidad a las perspectivas económicas futuras, por lo que estarían atentos a ambas partes de la ecuación.
Pese a que los inversores esperábamos más detalles, el comunicado Powell no recogió cuándo iba a implementarse la bajada ni su cuantía, algo que suele ser habitual en sus intervenciones. El mercado ha empezado a descontar que se produzca a mediados de septiembre (en la próxima reunión de la FED) y, en función de las condiciones económicas, sobre todo, en relación con los datos de empleo, la bajada se sitúe en torno a los 25 o 50 puntosbásicos, marcando de esta forma un punto de inflexión en la orientación de su política monetaria para los próximos meses.
En principio, si las condiciones económicas se mantienen estables o van mejorando, estos recortes beneficiarían de forma directa a la renta fija de más largo plazo, la deuda pública y la corporativa, pues oxigenaría los balances de las empresas más endeudadas. Por su parte, podría actuar como viento de cola para la renta variable.
Sin embargo, la economía lejos de ser estática es muy cambiante y los ciclos económicos no tienen últimamente duraciones similares a las de antaño, por lo que nos conviene estar atentos a los datos, y, por tanto, al rumbo que cogen los mensajes de las autoridades monetarias. Como bien dijo Powell “el tiempo de bajar tipos ha llegado”, pero la incertidumbre sigue ahí, y sigue siendo alta, por lo que invertir en aquello que conocemos y mantener nuestra convicción en el largo plazo, siempre y cuando nuestra tesis derivada del análisis no se haya visto alterada, parece seguir siendo lo más acertado. Recuerden asesorarse bien.