El atractivo de la renta fija
BORJA DE LA CRUZ, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
27/11/2022
Los acontecimientos de este año han conllevado que los Bancos Centrales de todo el mundo den un giro de 180 grados a la política monetaria prevista, tornándolos completamente restrictivos –hawkish en el argot del sector–, como hemos comentado en varios artículos a lo largo del ejercicio. Este brusco cambio ha generado pérdidas considerables dentro de los activos financieros tradicionales: renta variable y renta fija.
Recordemos que la renta fija (bonos soberanos y corporativos) venía de muchos años de comportándose muy bien, generando rentabilidad, motivado por el entorno de tipos de interés decrecientes, que terminaban aproximándose a cero o incluso negativos; además, ha imperado la expansión cuantitativa del balance de los Bancos Centrales, que permitían a los países y a las compañías financiarse prácticamente gratis, dado que éstos compraban su deuda. Esto, debido a la relación inversa entre el precio de un bono y la TIR (tasa interna de rentabilidad) del mismo, provocaba que viéramos TIRes incluso negativas, como las del Bund Alemán y precios absolutamente desorbitados. Esto demuestra claramente que, pese a su nombre, la renta fija no es para nada fija y fluctúa, lo hace constantemente y por una gran diversidad de motivos (política monetaria, política fiscal, acuerdos comerciales, solvencia del emisor, etc.).
Dicho esto, como hemos comentado en el primer párrafo, la situación actual ha provocado un ajuste de la valoración de los instrumentos de renta fija a todos los niveles y para todos los segmentos. Debido a las caídas en precio, EE. UU. se está financiando a 10 años en torno al 3,5% en dólares, y Alemania a un 2% en euros aproximadamente. Considerando que estos dos activos están considerados como activos “libres de riesgo”, el resultado ha sido que los bonos soberanos de países con peor calidad crediticia, así como los bonos corporativos, ofrezcan una rentabilidad mucho mejor a la que ofrecían el año pasado.
Es por ello por lo que la renta fija está empezando a ganar bastante atractivo para la comunidad inversora. Ante una recesión económica en ciernes más que probable y la renta variable ofreciendo aún algunas valoraciones excesivas en algunos casos, la renta fija se torna como una clase de activo acogedora en estos tiempos. En especial, está siendo atractivo el segmento Investment Grade o Grado de Inversión de los bonos corporativos.
El segmento Investment Grade de la renta fija corporativa se compone de compañías con un rating crediticio de Moody’s, Fitch o S&P (agencias de calidad crediticia) superior a Baa3 o BBB-, respectivamente. Estas compañías se supone que tienen una capacidad de repago de la deuda superior a las calificadas como High Yield o Alto rendimiento. Actualmente se encuentran emisiones de deuda, sin ningún tipo de connotación especial (Deuda Senior), con estas calificaciones, e incluso ofrecen TIRes por encima del +4% en euros y dólares. Teniendo en cuenta que el riesgo que se asume por un bono soberano americano a 10 años es nulo en términos de calidad crediticia, conseguir un diferencial de más de dos puntos porcentuales en TIR en una compañía de calidad con estos ratings crediticios parece una transacción bastante apetecible.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, esto es, no por el mero hecho de tener calificación de Grado de Inversión debemos invertir nuestro dinero en estos instrumentos financieros. Antes que nada, hay que hacer un análisis sobre la calidad del negocio de la compañía, de su estado financiero, del entorno que la rodea y de posibles futuras implicaciones que puedan afectarle, para así poder estimar la capacidad de pago de la deuda a los tenedores de los bonos. Desde Cross Capital, consideramos que el análisis cualitativo de las compañías no es exclusivo de la renta variable y que para obtener unos buenos rendimientos en la renta fija también debemos aplicarlo, sobre todo en aquellas emisiones de deuda con un vencimiento más largo. En conclusión, conviene ser selectivos. Recuerden, asesórense bien.