La industria del veganismo
VALERIE LEWIS, SOPORTE DE NEGOCIO
28/03/2021
La época y el mundo en el que vivimos nos invita, en muchas ocasiones, a ser más conscientes de las consecuencias de nuestras decisiones y estilos de vida, y cómo éstos afectan a nuestra salud y el medio ambiente. Una vida plena y larga conlleva un estilo de vida más sano y, ser conscientes de ello nos ha llevado a generar nuevas pautas de comportamiento que, como no podría ser de otra manera, afecta a nuestra manera de consumir determinados productos, en especial, aquellos relacionados con nuestra alimentación.
Una de las tendencias que ha llegado para quedarse y que ha sido adoptada por una parte de la población es el veganismo o vegetarianismo. Esta tendencia integra factores ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa), ya que se considera que es, en gran medida, uno de los caminos posibles para disminuir las emisiones de metano y óxido de nitrógeno asociadas al ganado y la industria cárnica que se ha implantado desde hace más de 60 años en nuestras vidas y que tienen un gran impacto en el medio ambiente. Lo que tiempo atrás se consideró “una moda”, hoy está indudablemente enraizado en las sociedades modernas y es defendido por un porcentaje considerable de la población mundial. El entendimiento sobre la vida animal, el respeto por el medio ambiente, una dieta que incluya alimentos saludables y el máximo aprovechamiento de los recursos vegetales, constituyen los pilares de esta creciente comunidad.
Una comunidad que ha ido en aumento, algo que, poco a poco, se ha evidenciado en los diferentes estudios que se han hecho en España al respecto. A finales del año pasado, la consultora Lantern informó que nuestro país, se posiciona entre los 10 países en donde su población se autodenomina vegana, vegetariana o flexitariana. De hecho, más de 4 millones de personas (aproximadamente un 10% de los españoles) confiesan tener una dieta netamente vegetal. Asimismo, se destacó que la población vegetariana, ha aumentado en promedio un 27% en los últimos dos años y que el consumo de carnes rojas ha disminuido igualmente en un 35%.
El veganismo se ha convertido en un nicho de mercado interesante, en donde cada vez son más las compañías que ven en este segmento una oportunidad para tener una participación del “trozo de la tarta”; nuevas oportunidades de negocio que surgen a raíz de las necesidades de esta nueva forma de vida de una parte relevante de la población. Como mencionábamos en nuestro artículo “El veganismo inversor” el año pasado, muchas de estas empresas han dado el salto de la salida a bolsa teniendo unos resultados inmejorables. Una de estas empresas es Beyond meet, que ha empezado el año, cerrando una alianza estratégica con Pepsi que ha hecho que su valor en bolsa se haya disparado abriendo el camino para más productos dedicados especialmente a este sector.
Por ver un ejemplo más cercano, en nuestro país contamos con la compañía “Heura”, una empresa catalana que fabrica carne vegetal. Se fundó en 2017 con apenas 2 empleado y ha conseguido cerrar 2020 con 38 y, aproximadamente, dos millones de ingresos. Food for Tomorrow – complemento del nombre de Heura – se ha inmerso en el mercado británico a finales del año pasado con la distribución de sus productos, entrando de esta manera a ser un competidor más en un mercado potencial de, aproximadamente, 1.100 millones de libras. Los supermercados también se están sumando a esta ola vegana, aprovechando la comercialización de los productos en los que los animales no están implicados en el proceso de fabricación.
Esta tendencia se ha vuelto irreversible, convirtiéndose el colectivo veggie muy relevante a nivel mundial. La inversión sostenible va ganando terreno y, por tanto, conviene mantenerla a la vista y seguir haciendo seguimiento a las nuevas start-ups que se sumen al movimiento. Las nuevas generaciones, empezando por los millenials, están siendo los pioneros en este cambio de hábitos de consumo, dejando de lado a aquellas organizaciones contaminantes, de dudosa procedencia e incluso con políticas discriminatorias, asimismo con sus inversiones, poniendo en primer lugar, todo lo que está relacionado – directa o indirectamente – con la sostenibilidad medioambiental, social y de buen gobierno corporativo.